Acelera de 0 a 100 km/h en 4,7 segundos y alcanza 250 km/h; tiene un motor 2.0 turbo de 306 CV, tracción 4×4 y cambio automático de siete marchas en el volante, y su sonido, empuje, frenada y agarre lo sitúan más cerca de los modelos de carreras que de los de calle. Pero su conducción resulta suave y hasta confortable, puede disfrutarse a diario e incluso en los viajes, y tampoco requiere ninguna habilidad especial al volante, basta con un poco de sentido común.
El nuevo Mercedes Clase A 35 AMG 4Matic, de momento la versión más potente del nuevo Clase A, es un deportivo fácil de manejar. Compite con los Audi S3 Sportback y Volkswagen Golf R (310 CV ambos), que ofrecen un tacto de conducción y sensaciones al volante similares, y también con el BMW 140i xDrive (340 CV), que tiene un motor más grande y potente, y un comportamiento más vivo y exigente.
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Su diseño, de carrocería e interior, su calidad general y los equipamientos disponibles (de confort, seguridad y comunicación, entre otros) terminan por postularlo como uno de los compactos de alta potencia más apetecibles de la oferta actual, aunque también más costosos. Y es que sale por 57.675 euros, una tarifa excesiva incluso para Mercedes: es 5.500 euros mayor que la del S3, 6.000 frente a la del 140i xDrive y hasta 13.000 frente a la del Golf R.
Como sucede en los S3 Sportback y Golf R, el Mercedes Clase A 35 AMG transmite aplomo y estabilidad, y casi la única complicación que puede aparecer deriva de la rapidez con la llega de una curva a otra. Pero basta frenar y luego girar para que el coche se inscriba en casi cualquier viraje: en los más cerrados apenas subvira (apenas se desliza de delante) y en los más rápidos parece ir sobre raíles, anclado al suelo. La electrónica, que frena la rueda trasera interior al giro para ayudar al coche a tomar las curvas, resulta determinante, y en los modos más deportivos del control de estabilidad ESP, se aprecia con claridad su intervención. Además, la tracción 4×4 va repartiendo la potencia según las necesidades dinámicas del momento y puede variar la entrega desde un 100% al eje delantero hasta un 50% sobre cada par de ruedas.
El eje posterior ayuda a redondear los giros en su justa medida, introduciendo una novedad sobre el Mercedes Clase A 35 AMG saliente (la versión más potente del Clase A anterior, con 380 CV), que tenía una trasera prácticamente inamovible. Y las suspensiones también, porque aunque son firmes, tampoco resultan secas y no castigan tanto como las del modelo anterior (la unidad llevaba amortiguación electrónica). De hecho, en el programa de conducción normal o confort se puede circular por ciudad con casi la misma comodidad de un Clase A normal, y afrontar también desplazamientos de largo recorrido por autopista.
El consumo medio oficial del Mercedes Clase A 35 AMG asciende a 7,3 litros cada 100 kilómetros. En un uso real normal, es relativamente sencillo mantenerse por debajo de 10 litros, pero, en función de cómo se conduzca, el gasto puede subir notablemente. En un tramo de carretera secundaria revirada, en el que se aprovechó gran parte de la potencia del motor, encadenando secuencias continuadas de aceleraciones y frenadas, el ordenador marcó un registro de 17 litros; en autopista circulando a 120 km/h constantes, en cambio, se conformó con nueve.
Más adelante, ya en 2019, Mercedes podría lanzar una versión del Clase A todavía más potente, que sería el equivalente al A 45 AMG actual: la rumorología habla del mismo motor 2.0 turbo pero subido hasta unos 400 CV. Al igual que ya sucedió con el propulsor del A 45 AMG, será la mecánica de 2.000cc y cuatro cilindros más potente del mercado.
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