“El Ayuntamiento de Alicante desarrollará una no rotonda táctica en el área empresarial de Las Atalayas dentro de su proceso de modernización para conseguir la catalogación como Área Industrial Avanzada”.
Así lo expresa textualmente el consistorio en un comunicado, así que allí se construirá la primera “no rotonda” de España. Un cruce en el que nadie se cruza; una intersección que impide continuar en línea recta a los coches y facilita la vida a los peatones.
“¿Está usted seguro de que podemos movernos libremente en el espacio?”, se pregunta el viajero del tiempo de H.G. Wells en La máquina del tiempo. “Podemos ir a la derecha y a la izquierda, adelante y atrás con bastante libertad, y los hombres siempre lo han hecho”, dice.
Será así para los conductores hasta la llegada de la “no rotonda” en el futuro más próximo, 2023, un “espacio opuesto a las rotondas convencionales”. La intersección ya no es tal, sino que, en ese punto de encuentro, cada calzada se dirige en curva hacia la calle perpendicular y genera “una plataforma blanda en el espacio intersticial entre ellas”: en el centro de la “no rotonda” hay un jardín.
Siniestralidad en las rotondas
El proyecto del Ayuntamiento alicantino hace que los vehículos no tengan posibilidad de continuar de frente, pero las personas podrán pasar de una acera a otra sin pisar el asfalto. Y como no hay cruces entre los coches ni entre estos y los peatones, la siniestralidad se reducirá “de forma drástica”.
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Hay motivos para perseguir este objetivo. En las rotondas que sí lo son, llegadas a España en los años setenta para mejorar la fluidez del tráfico, se registra un gran número de problemas.
Entre 2015 y 2019, se produjeron 45.153 siniestros con víctimas en intersecciones giratorias, con 317 muertos y 58.500 heridos. Las cifras las proporcionó un informe de 2021 de Automovilistas Europeos Asociados (AEA) y confirman un problema que empezó a tomar fuerza en 2015.
El estudio –que sólo registra los siniestros con víctimas– refleja un incremento ligero de accidentes mortales: de 57 en 2015 a 59 en 2019). El aumento resulta significativo en las glorietas urbanas (28,5%); como dato positivo, los siniestros en rotondas interurbanas se redujeron un 11%.
Auditoría de las glorietas
AEA señala su eficacia para cambiar el régimen de prioridades en las intersecciones y “como reductoras de la velocidad”, pero propone revisar las rotondas. Deberían hacerse auditorias técnicas externas que determinen “si el tipo de glorieta construido en cada lugar [miniglorietas, glorietas dobles, glorietas partidas, turborrotondas…] resulta el más adecuado en función de las circunstancias cambiantes del tráfico”.
Los datos del último quinquenio evaluado son más o menos estables, pero la comparación con años anteriores empeora el panorama. En informes anteriores, se anotan cifras de fallecidos en rotondas muy inferiores, como los 31 de 2012 o los 35 de 2014.
En 2021, con datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), se registraron menos casos que antes de la pandemia, pero son todavía elevados. Hubo 56 accidentes mortales y 58 fallecidos.
Existen infraestructuras similares a la de Alicante en otras ciudades españolas, pero nadie las había llamado “no rotonda” hasta ahora. “Esta es una actuación innovadora, sostenible y pensada para las personas”, sostiene la responsable de la Agencia Local de Desarrollo de Alicante, Mari Carmen de España.
“Un nuevo concepto que prima la movilidad de las personas sobre el vehículo y que mejora la imagen paisajística y la sostenibilidad al introducir un espacio ajardinado de unos 700 metros cuadrados”, añade.
El proyecto se presenta con una inversión de 269.697,14 euros y un plazo de ejecución de cinco meses, con el objetivo de que pueda materializarse en 2023.
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