A partir de ahora habrá 39 drones de la DGT en las carreteras españolas, 28 más que el año pasado. Apoyarán a los 12 helicópteros de la Dirección General de Tráfico y se dedicarán en particular a la “detección de conductas temerarias al volante” y a la vigilancia del tráfico en los tramos “de elevado riesgo de accidentes”. También sobrevolarán las carreteras con mayor presencia de ciclistas, motociclistas y peatones.
Los dispositivos estarán repartidos por toda España (salvo el País Vasco y Cataluña, con las competencias transferidas) y tendrán una presencia principal en Madrid, donde habrá 15 aeronaves. Esa base central controlará el tráfico también en Castilla-La Mancha y apoyará las misiones de vigilancia de los helicópteros también en otros territorios, sobre todo en operaciones especiales –verano, Semana Santa y Navidad– y en situaciones de emergencia.
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El resto se distribuyen por las bases de helicópteros de A Coruña, Zaragoza, Valladolid, Sevilla, Málaga y Valencia (dos drones cada una), y asimismo en Cantabria, Asturias y Extremadura, con dos dispositivos por zona. La Guardia Civil contará con tres unidades tanto en Baleares como en Canarias.
¿Cómo funcionan y cuándo llega la multa?
Algunas de las infracciones que detecten los drones seguirán el mismo trámite que las de los helicópteros (la notificación llegará al domicilio del conductor unos días después), pero también puede darse el caso de que un agente de la Guardia Civil notifique la multa en la carretera tras recibir el aviso de quienes manejen el dron. En todo caso, todas las sanciones “dispondrán del fotograma correspondiente con la evidencia de la infracción cometida por el conductor”, dice Tráfico.
La mayoría de los drones de la DGT cuenta con zoom (de 40 aumentos, en algunos casos) y la mitad de ellos están equipados con un sistema automático de seguimiento de vehículos. Los dispositivos los manejan dos personas: un piloto para controlar el vuelo y otro operario que se encarga de la cámara.
Los drones de la DGT vuelan a una altura de 120 metros y se desplazan a una velocidad de hasta 80 km/h. Soportan temperaturas de entre 20 y 45 grados y disponen de una autonomía de hasta 40 minutos; después, se sustituye la batería y el aparato retoma el vuelo al momento. Y a pesar de que funcionan hasta a diez kilómetros de distancia, según el tipo de aparato, todos operan en un radio de entre uno y dos kilómetros.
El teléfono móvil y el cinturón de seguridad
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Periodista especializado en seguridad vial. Editor y redactor de El Motor desde 2016. Empezó a escribir de fútbol en 1998 en Diario 16 y ha trabajado en varios proyectos de Prisa Media desde 2000. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, es autor de ‘Aquí no se rinde ni Dios’ (2020).