Es lógico pensar que Christian von Koenigsegg fundador y CEO de la marca que lleva su apellido, conducirá alguno de los coches que su empresa ha fabricado. Nada más lejos de la realidad: él prefiere un modelo con un motor más pequeño para el día a día.
Cuentan que en el garaje particular de Christian von Koenigsegg no hay ni uno solo de los deportivos que ha creado. Todo lo contrario: los coches que formarían parte de su colección son completamente opuestos a lo que su marca ofrece en términos de potencia, rendimiento, aerodinámica…
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El coche de diario de Christian von Koenigsegg
En uno de los vídeos que ha publicado en su perfil de Instagram, él mismo confiesa: “No hay nada mejor que la locura de un tres cilindros para un viaje matutino, ¡Me encantan los coches pequeños!”. Su elección es mucho más modesta que un Koenigsegg, pero tampoco está al alcance de todo el mundo.
El tres cilindros que Christian von Koenigsegg conduce es el que se esconde debajo del último Toyta GR Yaris. Este modelo ofrece todo lo que convirtió al original en un éxito, pero mejorado. La suspensión se ha ajustado, el chasis se ha reforzado y en el habitáculo las cosas han cambiado pensando, siempre, en el conductor.
El motor de tres cilindros con turbocompresor ha evolucionado y ha ganado 19 CV y 30 Nm adicionales de par. Sus cifras pasan de 261 CV y 360 Nm a 280 CV y 390 Nm. Tiene, también, una nueva transmisión automática GAZOO Racing Direct de ocho velocidades, que se ofrece como alternativa a la caja de cambios manual de seis… que es la que ha elegido el dueño de Koenigsegg.
El vídeo del día

Lo cierto es que la marca sueca tiene un modelo que monta un tres cilindros de 2.0 litros: el Koenigsegg Gemera. Eso sí, tiene más potencia (600 CV), carece de árbol de levas, cuenta con la ayuda de tres motores eléctricos para entregar hasta 1.700 CV a las cuatro ruedas y funciona con metano.
El descapotable de Christian von Koenigsegg
La elección de un Toyota GR Yaris que, por cierto, no es el primero que tiene, refleja su predilección por coches que tienen algo. Un buen ejemplo es la historia de su Mazda MX-5 NA, la primera generación del biplaza japonés: es el mismo que conducía hace 25 años.
Eso sí, Christian von Koenigsegg se deshizo de él y lo volvió a recuperar muchos años después. Uno de sus trabajadores lo encontró en un evento de coches en Suecia: decían que aquel Mazda MX-5 había pertenecido al sueco, así que se puso en contacto con él para comprobarlo. Después de confirmarlo, lo recuperó… pagando un precio superior al del mercado.
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