Dentro de la gama del Cupra León, sus versiones híbridas enchufables, aun con potencias reseñables (200 y 245 CV), son las más enfocadas a la eficiencia y a disfrutar de las ventajas que conlleva la etiqueta Cero de la DGT. Eso, sin embargo, no ha impedido a la marca incorporar una serie de novedades centradas en mejorar su comportamiento y rendimiento.
El compacto de Cupra, tanto en su carrocería de cinco puertas como en la familiar Sportstourer, recibe modificaciones en su chasis que reducen su altura libre al suelo en 25 milímetros. Esto hace que se rebaje su centro de gravedad, por lo que mejora su respuesta en los cambios de dirección, aumenta su aplomo en curva y, además, optimiza la aerodinámica, reduciendo el consumo y las emisiones contaminantes.
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De manera opcional se pueden cambiar los frenos de serie por un equipo Brembo de alto rendimiento, formado por discos perforados y ventilados de mayor diámetro, mordidos por pinzas de cuatro pistones. Gracias a ellos la frenada es más potente, lo que reduce las distancias de frenado y mejora la seguridad, y también resisten mejor la fatiga.
Además, como parte del sistema se integra una mangueta deportiva que varía la caída de la rueda, que pasa de ser de 1 grado a 1,39. Aunque la diferencia sea pequeña, esta caída negativa mejora el paso por curva y la reacción del vehículo al pisar el acelerador.
Por último, el Cupra León e-Hybrid puede equipar también el acabado VZ Cup, inspirado en los modelos de competición.
En el exterior, se distingue por el alerón trasero de fibra de carbono en color Copper y los faldones en aluminio oscuro. Como opción, las carcasas de los espejos retrovisores pueden elegirse en tono bronce. En el habitáculo, lo más destacado son los asientos CUPBucket con cubierta trasera de fibra de carbono.
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