Dentro de su gama de modelos, Honda tiene en el escalón de acceso al Jazz, cuya versión de estilo ‘crossover’, aparecida en 2020 ya como modelo independiente, es el Crosstar. Y ahora, se pone al día, sobre todo en el apartado mecánico, y de paso cambia su nombre: nace el Honda Crosstar e:HEV.
El fabricante ha querida dejar clara la naturaleza híbrida del automóvil, que ya lo era antes de la actualización, aunque ahora mejora su rendimiento. Su sistema de propulsión antes desarrollaba 109 CV y ahora alcanza los 122 CV y 253 Nm de par, lo que debería resultar en unas mejores prestaciones, aunque Honda no ha facilitado el dato.
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Lo que la compañía sí concreta es que, pese a su mayor potencia, esto no va en contra de su consumo y emisiones, que siguen siendo idénticos. Así, homologa un gasto de combustible de 4,8 litros cada 100 kilómetros y unas emisiones de CO2 de 108 g/km.
También recibe retoques la caja de cambios, de la que la marca afirma que “se ha perfeccionado para alcanzar niveles superiores de suavidad y maniobrabilidad, y ofrecer una experiencia de conducción más dinámica”.
Y aunque el apartado mecánico es el que recibe las novedades más importantes, el coche recibe ligeras modificaciones en su apartado estético y en el habitáculo.
Retoques estéticos para el Honda Crosstar e:HEV
La parrilla cuenta con un diseño de panal de abeja y los paragolpes lucen embellecedores plateados a juego con los de los faldones laterales. Por otra parte, las llantas presentan un acabado negro que combina con las carcasas de los retrovisores y los tiradores de las puertas. Además, se han oscurecido los grupos ópticos y se suma un nuevo tono a la paleta de colores exteriores, el Azul Niebla Perlado.
En el interior, se ha mejorado la calidad de los materiales y, por ejemplo, la tapicería repele mejor el agua. El embellecedor de la palanca de cambios es plateado y los posavasos son metalizados. Además, mantiene los Magic Seats, asientos traseros que se pueden abatir por completo.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.