El nuevo reparto de papeles entre las marcas que forman la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi ha convertido a la última en el patito feo del grupo. Renault tendrá un papel predominante en Europa, Rusia y Norte de África; Nissan, en Japón y EE UU, y Mitsubishi queda relegada a los mercados del sudeste asiático y Oceanía.
La primera víctima de la estrategia es el Outlander, el SUV híbrido enchufable de Mitsubishi, que ha triunfado en España y el resto de Europa pero que ya no tendrá continuidad en el Viejo Continente. La marca acaba de presentar su última entrega, que luce un diseño más poderoso y es la propuesta más atractiva de las vistas hasta ahora, pero al menos en principio, no se venderá aquí.
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La empresa, eso sí, se beneficiará de excepciones, y el nuevo Outlander es una de ellas, porque sí llegará a EE UU, donde se lanzará en abril. Pero solo con motor de gasolina convencional, sin la mecánica enchufable que lo ha hecho famoso.
El todocamino es el primer modelo de la marca que ha sido desarrollado bajo la influencia de la alianza, y presenta una clara mejora respecto a su predecesor, aumentando de tamaño, adquiriendo todavía más presencia gracias a su nueva imagen y subiendo de nivel la calidad de sus acabados.
Su imagen resulta familiar, pero ha cambiado de manera considerable. El frontal está presidido por el ‘Dynamic Shield’, con una parrilla de color negro brillante, cruzada por listones cromados, mismo material presente en las molduras laterales, que son las que llevan la vista a las finas luces diurnas superiores y a los voluminosos grupos ópticos inferiores. En la vista lateral los pasos de rueda están bien definidos (alojan llantas de 20 pulgadas) y se aprecia claramente la línea de cintura ascendente, mientras que en la zaga se encuentra un pequeño alerón y los estilizados pilotos están divididos por el portón.
El nuevo Outlander ha crecido y, aunque mantiene la misma longitud,4,68 metros, tiene mayor altura y anchura (1,74 y 1,86 metros, respectivamente) y una planta más imponente. Además, su distancia entre ejes de 2,7 metros redunda en una mayor habitabilidad para los ocupantes de las siete plazas que tiene de serie el SUV.
En el habitáculo el principal objetivo ha sido mejorar la calidad percibida, algo que se ha conseguido con tapicería de piel o molduras de aluminio (en función del acabado), el cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas, la consola central de nueve y elementos opcionales como el Head-Up Display o el sistema de sonido premium Bose de 10 altavoces.
Aunque la generación previa se vendía en España como coche híbrido enchufable, para el mercado estadounidense solo estará disponible con un motor gasolina 2.5 de 184 CV y 245 Nm, que se combina con una caja de cambios automática de ocho velocidades y con el sistema de tracción integral ‘Super All-Wheel Control 4WD’, que puede repartir la fuerza de motor entre las cuatro ruedas según las necesidades.
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