A partir de 2035, la Unión Europea prohibirá la venta de coches nuevos con motores de combustión interna: tanto los modelos diésel como los de gasolina. Los primeros están situados, especialmente, en el centro de la diana y, aunque parezca increíble, existe un lugar en el que son los únicos vehículos que no están vetados.
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Para encontrar este sitio hay que poner rumbo a Estados Unidos y, concretamente, a una zona rural ubicada al oeste de Virginia y al este de Virginia Occidental. Es allí donde se encuentra ‘The Quiet Zone’, un área de 34.000 kilómetros.
Esta es la ubicación que EEUU eligió, en su momento, para situar las instalaciones del Observatorio Green Bank y de la Sugar Grove Station. Aquí se llevan a cabo investigaciones científicas y de defensa; cuentan, además, con el radiotelescopio direccional más grande del mundo.

Numerosas restricciones
Por ello, desde 1958, la zona cuenta con una serie de restricciones que abarcan un radio de 16 kilómetros, aproximadamente, alrededor de las instalaciones de Green Bank. Las limitaciones afectan al uso de teléfonos móviles, estaciones de radio, wifi y otros dispositivos electrónicos.
Tanta importancia tienen estas restricciones que los empleados realizan patrullas rutinarias en la zona para buscar y silenciar todo aquello que genere interferencias de radio. Hay que tener en cuenta que el radio incluye poblaciones como Strauton y Harrisonburg en las que sus habitantes deben respetar esta norma.

Sólo coches diésel de los 70
Las limitaciones también incluyen a los coches: sólo están permitidos los diésel, ya que los de gasolina y los eléctricos están prohibidos. Además, los modelos de gasóleo tienen que cumplir un requisito: ser de los años 70.
Hay una razón para ello: en los motores de los vehículos diésel de entonces la inyección de combustible era mecánica y no empleaba ningún sistema electrónico. Es, precisamente, su funcionamiento lo que los convierte en los únicos coches permitidos.
Los motores diésel detonan el combustible comprimiéndolo con el pistón en el cilindro. Los de gasolina lo hacen con la chispa que genera la bujía y esta es la que crea interferencias en el radiotelescopio. ¿Y los coches eléctricos? Su considerable cantidad de componentes electrónicos son lo que dan pie a esas perturbaciones.
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