Que los coches autónomos se presentan como una “amenaza” a largo plazo para los conductores tradicionales es algo que más o menos tenemos claro pero que, aunque no nos guste, podemos tolerar debido a los beneficios que traería consigo (mayor seguridad, reducción de accidentes, etc).
A lo que no le vemos razón de ser es a montar un sistema de conducción autónoma (o semiautónoma, como es el caso) en un deportivo. Se supone que alguien que se comprar un vehículo de estas características es para disfrutar al volante y experimentar las sensaciones que da un modelo de esta índole.
Por eso no le vemos mucho sentido al R8 E-Tron Piloted Driving Study, el último prototipo de Audi que la marca ha presentado en el CES Asia. A la tecnología si, pero al modelo elegido para montarla no.
Este estudio monta un complejo sistema de videocámaras, radares, sensores y ultrasonidos que mandan toda la información a una centralita que es capaz de hacerse una idea de todo lo que rodea al coche y actuar así en consecuencia. El sistema actuaría de una manera muy similar a la del A7 autónomo:
No se ha tocado la parte mecánica del modelo, que sigue siendo totalmente eléctrico y cuenta con dos motores que producen una potencia combinada de 462 CV y un par total de 920 Nm. Con ello hace el 0-100 en 3,9 segundos y alcanza hasta 250 km/h. La cuestión, sin embargo, es ¿para qué semejantes prestaciones si no lo vas a conducir tú? Lo bueno es que podrás relajarte en el asiento del piloto durante bastante rato, porque la autonomía del modelo es de 450 km.
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