Guangzhou Automobile Group (GAC) es una de las principales marcas de automóviles de China y fue fundada en 2008. Para su desembarco en Europa ha elegido su último modelo SUV llamado GAC GS5, siendo la única marca china que ha acudido a la presente edición del Salón de París. Su presencia va más allá de lo anecdótico ya que, según los rumores del salón, el fabricante podría llegar a comercializar el todocamino en el Viejo Continente.
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Con una longitud de 4,70 metros, el GAC GS5 se encuadra en el segmento de los Peugeot 5008, Skoda Kodiaq, Seat Tarraco o Hyundai Santa Fe. Su estilo sigue las tendencias europeas, presentando en el frontal una parrilla cromada de grandes dimensiones y detrás una llamativa banda luminosa entre los pilotos, compuesta por 190 puntos de luz led.
La versión expuesta en París recurre a un motor de cuatro cilindros y 1.5 litros con una potencia declarada de 166 CV, aunque todavía sin homologar según las nuevas normas WLTP imperantes en Europa.
En el interior se percibe una calidad acorde con las exigencias del segmento. Presenta un equipamiento muy tecnológico, con una gran pantalla vertical de 10 pulgadas y una consola de instrumentación completamente digital. El modelo también anuncia disponer de cámara perimetral 360º, conectividad para manejar funciones a distancia con el móvil y ayudas a la conducción como aviso de ángulo muerto y frenada de emergencia.
En definitiva, se trata de un modelo que bien podría responder a los estándares de calidad reclamados en Europa, de modo que el desembarco de las marchas chinas tal vez sea, por primera vez, una realidad. Y eso es lo que sorprende: no tanto el modelo en cuestión, sino el sello de su pasaporte. Hasta ahora los coches chinos no han llegado al Viejo Continente ni a Estados Unidos porque, para empezar, el chino es un mercado automovilístico muy fuerte y, de momento, muy cerrado en sí mismo.
En 2017 allí se registraron 28,8 millones de matriculaciones, según datos de la Asociación China de Fabricantes de Automóviles (CAAM), de las cuales 24,7 millones correspondieron a turismos. Casi ocho millones más que en Estados Unidos. Ahí aparece la primera razón por la cual las marcas chinas no han conquistado el exterior: no lo necesitan. Sin embargo, a medio plazo tendrán que mirar hacia afuera.
Y ya hay algunos proyectos: en 2020 llegará al mercado el Byton, protagonista en el CES de Las Vegas con su pantalla de 50 pulgadas, y Chery tiene previsto ofrecer su SUV M31T a finales de este año. También Trumpchi (perteneciente al grupo GAC) anunció que en este mismo año comenzará a exportar a Estados Unidos. El camino está abierto, y el GAC GS5 presentado en París no es más que otro ejemplo.
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