La DGT reclama más pilotos y pide con urgencia el cambio de sus helicópteros y los radares Pegasus

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha hecho público esta semana el anuncio de licitación para la contratación del servicio aéreo de control y vigilancia del tráfico por hasta 83,24 millones de euros. El presupuesto base de licitación asciende a 51,15 millones de euros, a lo que se suma la posibilidad de prorrogar varias partidas por un importe de hasta 32,11 millones de euros.

Tráfico justifica esta contratación en la antigüedad de sus helicópteros y sistemas Pegasus, que hace necesaria la renovación del parque; además, el elevado número de servicios vinculados a la Unidad de Medios Aéreos (UMA) y las exigencias de la normativa aeronáutica “aconsejan la aplicación de un nuevo modelo de gestión unificada”.

Con esta propuesta, la DGT pretende mejorar las tareas de vigilancia aérea con más horas de vuelo y un mayor alcance territorial, ya que “la falta de medios personales” impide desarrollar estas tareas “de forma adecuada” y reducir la siniestralidad en las carreteras, en palabras del organismo. El procedimiento se ha declarado urgente por “la criticidad de este servicio”, indica Tráfico en el documento de licitación, publicado en la Plataforma de Contratación del Ministerio de Hacienda y recogido por Europa Press.  

Radares Pegasus obsoletos

Los helicópteros de la DGT operan en siete bases repartidas por la Península con el objetivo principal de vigilar los excesos de velocidad, pero también las distracciones, la falta de uso del cinturón de seguridad o la conducción temeraria. La tarea fundamental se ve entorpecida por la antigüedad media de los radares Pegasus (unos 11 años), que usan componentes descatalogados y con dificultades de mantenimiento. De hecho, uno de los motivos de la licitación es la necesidad de reemplazar “todos los equipos analógicos”, ya obsoletos.

Por otra parte, la DGT advierte de la necesidad de actualizar de modo global la gestión del servicio. A juicio del organismo, hacen falta más horas dedicadas al mantenimiento y la revisión de las bases y las patrullas y, por tanto, más personal técnico que Tráfico no puede cubrir. Desde 2019, además, el organismo que dirige Pere Navarro se ha visto obligado a externalizar la gestión de la escuela de vuelo por la ausencia de personal formado para estas tareas.

Algunas de las patrullas de la unidad de medios aéreos, por otra parte, están al borde del colapso por las recientes jubilaciones o situaciones de retiro, en parte motivadas por los dos accidentes registrados en 2023. “Se hace insostenible realizar los servicios con un mínimo de operatividad en algunas patrullas”, dice la memoria de la licitación. Cinco de ellas disponen de “tan solo dos pilotos” para cubrir un servicio de 365 días al año.

Pocas horas de vuelo

Con 19 pilotos en activo, la DGT no alcanza a superar las 2.750 horas de vuelo al año y su propósito es alcanzar 5.544 horas que incluyan vuelos de vigilancia, regulación, mantenimiento, entrenamiento o certificación, entre otras misiones. Esto exige –justifica Tráfico– un incremento “exponencial” de tripulantes de vuelo y la contratación de un servicio de pilotaje.

El estado actual de la unidad, de hecho, impide “asumir con medios propios” el incremento de la red viaria, afrontar planes de choque para disminuir la siniestralidad en carretera o realizar operaciones especiales en verano, Semana Santa o Navidad. Y todavía menos, añade el organismo, colaborar en situaciones de emergencia como las derivadas de la dana de Valencia.