La ONU propone reducir la velocidad de las autopistas a 100 km/h

Naciones Unidas urge a tomar medidas para solucionar una pandemia que causará 13 millones de muertes en los próximos diez años.

accidentes tráfico

Un camión accidentado en una autovía.

Por ningún otro motivo mueren en el mundo tantos niños y jóvenes (de entre 5 y 29 años) como por los accidentes de tráfico. La pandemia silenciosa que desde hace años denuncia Naciones Unidas causará, salvo que se toman medidas concretas y urgentes, 13 millones de fallecidos y 50 millones de heridos en la próxima década. 

La cifra no es un mal augurio de la ONU, sino el resultado de una multiplicación. El dato de fallecidos por siniestros viales se mantiene casi intacto en los últimos dos decenios, según la organización, que cataloga este problema como pandemia: 1,3 millones de personas mueren al año en las carreteras y en las vías urbanas del planeta.

De ahí la presentación del Plan Global de la Década de Acción por la Seguridad Vial 2021-2030, sustentado por un objetivo genérico: reducir un 50% el número de muertos y lesionados en los próximos diez años. Se trata del segundo documento de Naciones Unidas de este tipo, después del que se dio a conocer en 2011 con resultados, pasado el tiempo, menos positivos de lo que se calculaba, según los expertos.

El nuevo plan de la ONU, elaborado junto con la Organización Mundial de la Salud, está “más orientado a la acción” y persigue un “mayor compromiso político de los países”, sostiene el director de Prevención y Seguridad Vial de la Fundación Mapfre, Jesús Monclús. Naciones Unidas señala el camino y pide, entre otras medidas, un mayor control de los excesos de velocidad y una reducción de los límites máximos.

En concreto, el plan global propone limitar a 30 km/h la velocidad en los centros urbanos, bajarla a 80 km/h en las carreteras convencionales y establecer un máximo de 100 km/h en las autopistas. La ONU también pide un esfuerzo a los Estados para que inviertan en infraestructuras, de modo que las vías cumplan con los requisitos técnicos de seguridad vial. Y solicita asimismo “un mapeo de riesgos de accidentes” y “evaluaciones de seguridad proactivas” en las redes de carreteras, para que la mayoría de estas tengan una calificación de tres estrellas.

Casi todas las medidas que recomienda Naciones Unidas están dirigidas en particular a los países en vías de desarrollo, muchos de los cuales no cuentan con legislación específica sobre seguridad vial ni controlan, por ejemplo, la ingesta de alcohol o el uso de móviles al volante. Así, la ONU invita a los Estados a que establezcan estos límites y a que exijan la instalación, en los vehículos nuevos, de sistemas de ayuda a la conducción.

En Europa, que camina por delante en este terreno, todos los coches que se homologuen a partir del 6 de julio de 2022 deberán contar con tecnologías como el asistente inteligente de velocidad, la alerta de somnolencia, el registrador de datos o caja negra, la detección de tráfico trasero, el asistente de mantenimiento de carril y un sistema de frenado de emergencia. También llevarán preinstalado el alcoholímetro antiarranque. 

La seguridad vial en el mundo

El nuevo documento de Naciones Unidas reconoce la movilidad como “un derecho humano fundamental y un bien común social”, pero no todos los países avanzan a la misma velocidad. Los siniestros viales, de hecho, han crecido en las regiones con las rentas más bajas. El índice medio de mortalidad vial en África es de 28,2 víctimas por 100.000 habitantes, cuando en España la tasa de 2019 fue de 37 muertos por cada millón de habitantes. 

El dato lo aporta un informe de tres instituciones que han analizado el primer plan de acción de la ONU (2011-2020), cuyos efectos no han sido tan significativos como se esperaba. La Fundación Mapfre, The George Institute for Global Health y el Milken Institute School of Public Health concluyen, por ejemplo, que solo 28 países del mundo (con un 7% de la población mundial) cuentan “con una legislación sólida en materia de seguridad vial” que frene riesgos como “el consumo de alcohol, el no cumplimiento de los límites de velocidad y la no utilización del casco de moto y de los sistemas de retención infantil”, recuerda Jesús Monclús.

En el decenio anterior, dicen los autores del informe, se ha incrementado el número de países que exigen cinturón de seguridad, anclajes Isofix y sistemas de seguridad activa y pasiva, pero también se deja constancia de que solo 40 países implantaron siete u ocho medidas de las recomendadas por la ONU en su plan anterior. Y peor aún: 124 países incorporaron una o ninguna medida.

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