Los radares de tráfico desempeñan un papel clave en la seguridad vial, ayudando a reducir la velocidad excesiva y prevenir accidentes. Su presencia actúa como elemento disuasorio, fomentando una conducción más responsable y contribuyendo al cumplimiento de las normas de circulación.
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Sin embargo, los conductores de Ontario, en Canadá, ya no tendrán que preocuparse por las multas por exceso de velocidad: al menos por las detectadas por los radares. Las autoridades han anunciado que, en las próximas dos semanas, van a eliminar todos los cinemómetros.
Doug Ford, primer ministro de Ontario, ha asegurado que son una “forma obsoleta de ganar dinero fácil”. Durante años, los radares, instalados cerca de escuelas y carreteras periféricas de las ciudades, han generado opiniones encontradas.
Las razones para eliminar los radares
Hay quien argumenta que únicamente sirven para recaudar dinero. Otros tantos sí creen que cumplen su función: obligar a los conductores a reducir la velocidad, detectar sus excesos de velocidad y hacer que las carreteras sean más seguras.
El problema de los radares de velocidad de Ontario es que las multas que generan, se emiten mucho tiempo después de la infracción. Esto diluye el efecto de la sanción: conseguir que los conductores respeten los máximos de cada vía.
A pesar de que hay estudios demuestran lo contrario, las autoridades de Ontario han fundamentado su decisión en esa razón. Así las cosas, la semana pasada, aprobaron la prohibición del uso de radares. También se ha ordenado su retirada en un plazo de dos semanas.
¿Cómo sustituir el efecto de los radares?
Ahora, la clave está en cómo seguir preservando la seguridad vial. Para ello, pondrán en marcha otras medidas como la instalación de resaltos, rotondas y semáforos intermitentes. Eso sí, todavía no hay una hoja de ruta para su implementación.
Prabmeet Sarkaria, ministro de transporte de Ontario, ha explicado: “Tendremos señalización provisional y señalización de mayor tamaño que se instalará antes del 14 de noviembre en todas las zonas afectadas donde actuaban los radares municipales”.
Otro punto a tratar es que, a diferencia de los radares de velocidad, los resaltos, las rotondas y los semáforos no generan ingresos y sí tienen costes. Por ello, el primer ministro de Ontario ha asegurado que crearán un fondo para ayudar a los municipios a cubrir los gastos, aunque no ha revelado la cantidad que destinará a ello.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.