El coche eléctrico aumenta su presencia a ojos vista en el panorama global. En Europa, ya suponen el 15,1% de las matriculaciones y, según datos de la asociación de fabricantes (ACEA), durante el primer semestre del año este segmento ha experimentado un crecimiento en ventas del 53,8%, superando ya por más de cuatro puntos en su cuota de mercado a los antaño mayoritarios vehículos con motor diésel.
Los países nórdicos fueron los primeros en apostar fuerte por la electrificación y, desde sus inicios, son los que han marcado el paso en este sentido sobre el territorio europeo. Actualmente, Noruega es donde más coches eléctricos puros circulan (84% del total), seguida por Islandia, Suecia y Dinamarca.
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Sin embargo, un reciente estudio realizado en Francia por Monta, una start-up danesa especializada en la recarga, en colaboración con la consultora multinacional de análisis de mercados YouGov, revela que muchos compradores de un coche eléctrico no están satisfechos.
Incremento de precios
En el país vecino, la penetración del coche eléctrico se sitúa en la media europea (12%), pero de los 6.167 propietarios encuestados, más de la mitad (54%) se arrepienten de su decisión. Entre las razones manifestadas, en primer lugar destaca el incremento del precio de la recarga que, en Europa, se ha duplicado en tan solo tres años.
Pero los propietarios de coches eléctricos franceses también han manifestado sus reticencias en el sentido de que la oferta entre los distintos puntos de suministro es muy variable en cuanto a las tarifas y, en muchos casos, el cliente descubre el precio real de la recarga una vez que la ha completado.
Un precio de la electricidad muy inestable, falta de transparencia en la oferta y poca visibilidad por parte de los usuarios de las mejores tarifas, serían según el estudio las tres razones de este creciente descontento compartido por muchos de los usuarios de coches eléctricos.
Más rentables
Al respecto, hay que tener en cuenta que el coche eléctrico, aunque más caro de adquisición, sigue siendo mucho más rentable en cuanto al consumo de energía que uno convencional que lleve mecánica de explosión. Y es que, a igualdad de potencia, el primero requiere aproximadamente un 15% de su presupuesto de mantenimiento para recargar energía, mientras que el segundo exigirá hasta el 30% en repostajes si se trata de un motor diésel, más sobrio en gasto que los de gasolina.
En el caso de España, la progresión está siendo mucho más lenta y actualmente este tipo de vehículos 100% eléctricos solamente representan el 3,8% del total según datos de la patronal ANFAC, una cifra que la sitúa a la cola de los países europeos. Y a los problemas comunes y también extrapolables revelados por los usuarios franceses en el informe de Monta, se sumaría además una infraestructura de cargadores muy escasa e insuficiente para impulsar de manera definitiva la proyectada electrificación general del automóvil.
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