Desde el barrio de Bonavista (Tarragona) hasta el pantano de Riudecanyes hay 33,7 kilómetros, que, en coche, se cubren en 41 minutos. Esta es la distancia que, en las últimas décadas, ha separado a Emilia Carrasco de su coche robado… sin que ellos lo supieran. Ahora, el vehículo ha aparecido y lo ha hecho con sorpresa.
La sequía que afecta a Cataluña ha hecho que el pantano de Riudecanyes (Tarragona) registre su nivel más bajo desde que existen datos. La escasez de agua ha dejado al descubierto multitud de objetos que descansaban en el fondo: entre ellos, un Opel Kadett de 1988.
Tal y como cuentan en medios locales como 3Cat y Tarragona Digital, el vehículo es propiedad de Emilia Carrasco, que vive en el barrio de Bonavista. El calendario señalaba el 27 de diciembre cuando la Guardia Urbana de Reus la llamó por teléfono para comunicarles que su coche había aparecido.
En un primer momento, pensó que era una broma, ya que el Opel Kadett había sido víctima de un robo 26 años atrás: concretamente el 5 de agosto de 1997. Aquel martes, Emilia fue a la playa junto a su hermana y sus sobrinos: es de Francia y su familia estaba de visita.
Cuando uno de ellos volvió al coche a por las chanclas que había olvidado, había desaparecido. Denunciaron los hechos y, desde entonces, no habían vuelto a saber nada del Opel Kadett. Lo curioso es que un año y medio antes de este hecho, también les robaron el vehículo: lo recuperaron porque los ladrones sufrieron un accidente con él.
Con casi todo lo que había dentro
Ahora que lo han recuperado, en su interior seguían las chanclas: también la chaqueta de uno de sus hijos y toda la documentación del vehículo. Lo que no ha aparecido ha sido la bicicleta y el coche teledirigido, que estaban en el maletero.
Los protagonistas de esta historia –Emilia Carrasco y su marido, Manolo– han explicado que tenían especial cariño a aquel Opel Kadett: fue el primer coche que compraron después de casarse, tuvieron que hacer un esfuerzo para ello y, además, habían hecho muchos viajes con él.
Retirada o multa
Esta podría ser una historia con un final relativamente feliz, puesto que han recuperado su Opel Kadett, pero en unas condiciones que lo han dejado inservible. A esto hay que añadir que, en un primer momento, las autoridades les dijeron que debían encargarse de retirar el vehículo del pantano: en caso contrario, recibirían una multa.
No obstante, Emilia y Manolo pudieron demostrar el robo del Opel Kadett: lo hicieron con la denuncia que interpusieron en una comisaría de la Policía Nacional en 1997. Con esta prueba, quedaban exentos de cualquier sanción.
Ahora serán las autoridades quienes se lleven el coche del pantano de Riudecanyes, mientras la Policía Local ha abierto una investigación para intentar resolver el robo perpetrado hace casi tres décadas.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.