Apasionada de la hípica, pocos saben que la reina Isabel II de Inglaterra era también muy aficionada a otro tipo de caballos, los de vapor de lujosos vehículos. Las marcas británicas Land Rover, Jaguar o Rolls-Royce y Bentley han sido sus preferidas. Pero la soberana ha tenido también automóviles de otras marcas como Mercedes, Vauxhall o Ford.
Este gusto por los coches vino de su paso por el Ejército británico, donde trabajó durante la Segunda Guerra Mundial. Isabel II se unió al Servicio Auxiliar Territorial del Reino Unido y, además de conducir todo tipo de camiones, aprendió bastante de mecánica y realizaba pequeñas reparaciones y el mantenimiento de los coches de las tropas británicas.
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Elizabeth Alexandra Mary Windsor-Mountbatten, Lilibeth para los familiares más cercanos, fue coronada reina de Inglaterra el 6 de febrero de 1952, por lo que hace pocos días cumplió 70 años en el trono.
Ahora, a su fallecimiento con 96 años, es difícil saber cuántos modelos esconden los diferentes garajes de sus residencias. Pero algunos se han subastado o han salido a la luz en fotografías con la propia reina al volante de ellos. La última vez que se dejó ver fue hace aproximadamente un año, en su primera salida fuera del castillo de Windsor tras fallecer su marido, el duque de Edimburgo. Y lo hizo en un Range Rover, uno de los coches preferidos de la monarca.
Otro de los vehículos habituales de Isabel II fue un Daimler Majestic V8 LWB (chasis largo) de 2001, con matrícula Y694 CDU y que durante cuatro años fue su transporte personal. Se subastó en 2010 por 45.360 libras esterlinas, unos 52.250 euros al cambio actual.
Estaba equipado con todos los extras que se ofrecían entonces y algunos más adaptados exclusivamente para la soberana, como un soporte para su bolso. Aun así, no era un coche blindado y solo circuló algo más de 20.000 kilómetros entre los palacios de Buckingham y de Windsor, más algún recorrido ocasional por Londres.
Land Rover, su marca preferida
Su relación con Land Rover empezó a través de su padre, el rey Jorge VI. En 1948, le acompañó a una presentación de la unidad número 100 de un Land Rover Defender. Después de eso, Isabel II ha sido dueña de más de 30 unidades de la marca, desde los modelos más antiguos de mediados de los años cuarenta, hasta los más recientes.
De todos ellos, el Defender era uno de los favoritos de la reina, aunque el más utilizado en recepciones y desplazamientos ha sido el Range Rover, en multitud de variantes.
Bentley, también entre las ‘elegidas’
La reina de Inglaterra también fue propietaria de un Bentley Mulsanne de 2012 creado específicamente para ella, con transformaciones a su gusto y bastante uso, con casi 20.000 kilómetros en el cuentakilómetros.
El color del coche es verde Barnato y está equipado con mesas de picnic, paneles en las puertas y luces de cortesía en la parte trasera, con inserciones en madera de nogal. Por fuera, lleva sirenas azules delanteras y traseras, neumáticos reforzados con kevlar y carrocería blindada.
Respecto al Bentley State, solo se produjeron dos y ambos pertenecen a la familia real británica. Posee un motor V8 con 6,75 litros y 400 CV. Se basa en el Bentley Arnage, pero es 83 centímetros más alto, para que su comodidad interior sea sobresaliente. Esta limusina también está blindada y fue vista, por ejemplo, en una visita a Alemania en 2015.
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Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.