Manchas debajo del coche: qué significan y cómo actuar

Las manchas que aparecen debajo del coche no suelen traer nada bueno, aunque no siempre se trata de una avería.

Aceite
Una mancha de aceite dejada por un coche. | Getty Images

En muchas ocasiones, al desplazar el automóvil del lugar en el que se encontraba aparcado, aparece alguna mancha que hace que se enciendan las alarmas. Y algunas advierten de una posible avería, por lo que hay que conocer su composición para saber si hay que acudir inmediatamente al taller más cercano o es algo pasajero.

Entre las más comunes se encuentran el aceite, la gasolina, el líquido refrigerante o el agua, que son los principales fluidos que utilizan los coches para su funcionamiento. Habitualmente, los circuitos donde se localizan estos líquidos suelen ser estancos, por lo que cuando comienzan las fugas, y se filtran por los diferentes espacios hasta el suelo, hay que corroborar o descartar una avería importante.

Aceite

Encontrar aceite debajo del vehículo es uno de los problemas más graves a los que un usuario se puede enfrentar. El aceite tiene una función lubricante impidiendo que un gran número de piezas rocen entre ellas y se acaben quebrando por el calor de la fricción. 

Uno de los primeros consejos es revisar el nivel de aceite cada poco tiempo y cambiarlo cuando recomienda el fabricante. Tan malo es conducir con el aceite ya añejado como hacerlo sin la cantidad mínima necesaria. El motor acabará sufriendo las consecuencias.

Para diferenciarlas de otros fluidos, las manchas de aceite son de color negro oscuro, similares a la tinta de un bolígrafo, en los motores diésel. El tono es más parduzco, similar al de la miel, en los de gasolina.

Para saber si se está lidiando con aceite, lo mejor, aparte del color, es tocar el charco. Se toma con el dedo índice y se frota contra el pulgar: si presenta un tacto viscoso y grasiento, no cabe duda de que es aceite.

Los sitios más comunes por donde el coche puede expulsar el aceite son:

  • Tuerca del desagüe del cárter. Es importante mantener apretada esta pieza si uno mismo realiza el mantenimiento del aceite. Una vez vertido todo el lubricante viejo, hay que volver a poner la junta del tapón de vaciado y apretarla bien para que no pierda.
  • Cárter. Esta pieza, al encontrarse en la parte más baja del motor, puede golpearse al pasar badenes o al bajar y subir a los bordillos y se acaba dañando. Es muy habitual que tire aceite por la rotura.

Además, los automóviles también puede perder aceite por los retenes, las juntas la tapa de los balancines o los racores. Ante la pérdida de aceite hay que llevar el vehículo al taller inmediatamente.

Mancha de líquido refrigerante

Líquido refrigerante

Al igual que el aceite, es un elemento crítico del vehículo. Como su propio nombre indica, el líquido refrigerante refrigera. Ante la ausencia de este líquido, se superaría la temperatura recomendada de trabajo del propulsor, lo que provocaría graves fallos en el motor.

El líquido refrigerante se distingue por tener un olor dulzón gracias al glicol que se ha mezclado con el anticongelante. Por lo demás, solo tiene propiedades lubricantes ligeras y es tan líquido como el agua. Los refrigerantes suelen ser ligeramente verdosos y en algunos casos también de color azulado, amarillo o rojizo.

Las fugas de refrigerante más habituales se localizan en:

  • Cárter del motor. Ya sea porque la junta principal está en mal estado o porque existen grietas.
  • Mecanismo limitador de presión. Se ubica en la tapa del depósito y cuando falla hace que el líquido se evapore. Para resolverlo hay que colocar una nueva tapa.
  • Manguito
  • Abrazadera
  • Junta

Al observar cualquier pérdida de este fluido, hay que acudir al taller.

Gasolina

Si el charco que aparece debajo del coche es gasolina, hay que maximizar las precauciones, ya que una chispa puede prender el combustible y quemar rápidamente el automóvil. Es muy difícil que se filtre por el mismo depósito de gasolina, así que lo más normal es que sea por algún tubo del circuito que transporta el combustible del depósito al motor.

Reconocer la gasolina y el diésel, de entrada, es fácil, puesto que emite un olor conocido. El diésel tiene una consistencia algo aceitosa y una coloración ligeramente marrón. La gasolina tiene un olor penetrante. También se puede identificar por el resplandor similar al de un arcoíris, que asume la gasolina cuando se mezcla con agua, por ejemplo, en un charco.

Líquido de frenos 

Esta fuga es muy fácil de localizar en función de dónde se encuentra debajo del coche. Se suele registrar en la zona de las ruedas, donde están ubicadas las pinzas. El líquido de frenos tiene una consistencia aceitosa y un olor penetrante. Su color es marrón claro o verdoso, dependiendo del tiempo que tenga.

Habitualmente, en el panel de instrumentos hay un testigo que se encenderá si el sistema está perdiendo líquido. Es un fallo grave, ya que el coche depende del sistema hidráulico para frenar adecuadamente, por lo que hay que llevar el coche al taller inmediatamente.

Mancha líquido del cambio

Líquido del cambio

Este fluido, también conocido por valvulina del cambio, es un aceite muy espeso y tiene un olor bastante desagradable. Se le ha otorgado ese olor precisamente para identificar rápidamente que la pérdida viene del cambio. El causante de esta perdida suelen ser los retenes y las juntas en mal estado.

Líquido hidráulico

Este problema se presenta en coches con algunos años encima, ya que los automóviles actuales montan una servodirección electrónica en la que prescinden de este líquido. Para diferenciarlo del resto de fluidos, su color es granate o verde.

Ácido de batería

Este problema se registra en las baterías más antiguas, puesto que trabajaban con ácido. Las actuales son las llamadas baterías sin mantenimiento (sin ácido), que no vierten ningún tipo de líquido al suelo. Si una batería tira su ácido al suelo es que está a punto de estropearse y el cambio por una nueva es inevitable. 

Al ser un ácido, se distingue por su olor penetrante. Además, hay otros detalles bastante simples para identificarlo: al ser corrosivo habrá dejado sus marcas en la caja de la batería en su camino hacia el suelo. En la mayoría de los casos, al menos la placa inferior de la bandeja de la batería estará completamente oxidada.

Agua del aire acondicionado

En realidad, este es el único líquido que se debe escapar del coche, ya que ha sido diseñado específicamente de esa manera. El charco que deja es simplemente agua. Este problema suele presentarse, sobre todo, en verano, que es cuando el aire acondicionado trabaja al máximo de su capacidad.

Cualquier sistema de aire acondicionado genera un sobrante de agua que se saca al exterior a través del desagüe. En este caso, la mancha de agua no supone ningún problema para la vida útil del vehículo.

Mancha de gasolina al mezclarse con agua

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