Si el nuevo Renault R5 hablase, lo haría en español y tendría voz de mujer

Para Renault, el R5 es la gran novedad de 2024: han recuperado uno de sus iconos y lo han adaptado a los tiempos que corren hoy en día. O, dicho de otra manera: lo han electrificado. No lo hace, pero si el coche hablase, lo haría en español y tendría voz de mujer. La de Paula Fabregat, la directora de diseño de Renault para los segmentos B y C.

Confiesa a EL MOTOR que se mueve en un Renault Mégane E-Tech y que su coche preferido es el Porsche 911, pero “el antiguo, no los de la última generación: los que tenían los faros amarillos, redondos”. Sin embargo, desvela que su abuelo tenía un Renault R5: “Con ese coche aprendí a conducir”.

Por eso siempre insiste en que los cinco millones de unidades que vendieron son, en realidad, más: “Se multiplican. Conozco un montón de gente que ha recuperado el R5 de su abuelo, de su abuela, de su madre, de su padre… El coche está por todas partes. Las diferentes generaciones lo han mantenido vivo”.

Un sector en el que buscaban mujeres

¿Cómo llega una mujer como Fabregat a liderar el departamento de diseño de los segmentos B y C de Renault? Como muchas de las grandes historias, “en una noche de copas”. Ella era diseñadora de producto y al final de la carrera se cruzó con Antonio Garrido.

Cuenta que fue él quien le dijo que “en este campo no había mujeres y las estaban buscando porque, además, es un punto de vista que no existía y por eso se demandaba más”. Y además era en el extranjero, que era lo único que tenía claro: quería trabajar fuera. Así decidió hacer un máster de diseño de automóviles: “Me informé y dije: vamos adelante, ¿por qué no?”.

Aparece Renault en su vida

Su historia con la marca francesa comenzó porque cuando empezó a mandar su currículum y su portfolio a las marcas en busca de unas prácticas, ellos le ofrecieron un contrato. Y desde hace varios años vive su mejor momento: “No juego a la lotería porque ya me ha tocado: estoy haciendo los coches más emocionales. Soy muy apasionada: río mucho, lloro mucho… Todos los extremos. Un vehículo donde hay tanta pasión es lo que más me mueve”.

Y es que, además de poder llevar a cabo los tres iconos de la gama (Renault 5, Renault 4 y Renault Twingo), también está detrás de los Renault Clio, Captur y Symbioz, “que son coches maravillosos. Si quería hacer algo, es el que coche que acabo de hacer”.

La diseñadora que ya no dibuja

Paula Fabregat es una mujer que habla con pasión de su trabajo y de sus compañeros: de los que están por debajo y por encima. Afirma que “es raro tener un jefe con el que te lleves superbién y te encante trabajar: yo no tengo uno, tengo dos. Luca de Meo me pirria y Gilles Vidal me pirria todavía más. Y, por otra parte, tengo a todo un equipo con el que me llevo genial y son todos buenísimos. Esto pasa pocas veces en la vida”.

Aunque parezca contradictorio, la diseñadora del nuevo Renault R5 no dibuja coches “desde hace 14 o 15 años. Ahora me dedico al ‘management’ de proyectos: acompaño a todos y pongo a todos en la misma dirección. Y dentro de diseño, gestiono todos los recursos”.

Eso sí, cuando lo hacía, la inspiración le llegaba en cualquier momento: “Uno de los mejores proyectos lo hice en la sala de espera del médico. No puedes decir: me voy a inspirar de nueve de la mañana a cinco de la tarde”. Y para ello es fundamental tener “una mirada observadora y, sobre todo, abierta… Así salen muchas cosas”.

Así se concibió el Renault R5

De su última creación, el nuevo Renault R5, cuenta que nació de forma espontánea: “Los diseñadores empezaron a dibujar sobre iconos y descubrimos las creaciones después. Nadie se lo pidió. Y cuando los vimos, dijimos: guau, aquí hay una pepita de oro”.

Este fue el punto de partida de la maqueta naranja de la que tanto habla Luca. Eso sí, cuando la hicieron, por la situación que vivía la empresa, no era momento de presentar modelos nuevos: “La guardamos y cuando llegó Luca, la colocamos en un ladito de la sala porque era un proyecto que no estaba validado y, teóricamente, no podíamos presentárselo. La suerte fue que, cuando la vio, tardó dos segundos en decir: ese es el coche que quiero”. El resto de la historia del Renault R5 de Paula Fabregat es de sobra conocido.