Las etiquetas de la Dirección General de Tráfico (DGT) se utilizan desde 2016. Su principal función ha sido la de catalogar los vehículos según sus emisiones contaminantes, en las que influye su consumo y su año de fabricación.
Sin embargo, en la actualidad también son un indicador que sirve para limitar la circulación de los vehículos más contaminantes. Las zonas de bajas emisiones discriminan los accesos en función de la etiqueta de la DGT que luzca el coche, favoreciendo las Cero y las ECO.
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La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha vuelto a pedir que se revise este sistema de clasificación. El principal argumento esgrimido por esta organización es que limita la movilidad de los ciudadanos. Además, en muchos casos, el distintivo otorgado no corresponde con los consumos de combustible reales del vehículos.
Por ejemplo, la OCU señala tres modelos de coche a los que les corresponden las etiquetas Cero o ECO de la DGT cuyos consumos superan los de otros modelos con etiqueta C, por ejemplo.
Coches con etiqueta ECO que consumen más que un C
El primero caso es el del Mercedes GLS 600 4 Matic. Con un motor híbrido, puede llegar a presentar consumos medios de 13,9 litros por cada 100 kilómetros y, sin embargo, luce la etiqueta ECO. En la misma situación se encuentra el BMW X5 M Competición, que homologa 12,9 l/100.
En su comunicado, y como ha hecho en ocasiones anteriores, la OCU también señala a los híbridos enchufables. Si no se carga su batería, el consumo de combustible se dispara debido al mayor peso del coche, entre otros factores. El ejemplo utilizado ha sido el Mercedes AMG S 63 E, que homologa un consumo de 4,4 l/100. Esta cifra sube hasta los 12 litros cuando solo se utiliza su motor de gasolina y, sin embargo, lleva etiqueta Cero.
Por otro lado, la OCU apunta que el Toyota Aygo X Cross de gasolina tiene etiqueta C y consume 4,4 litros a los 100 kilómetros. Es cierto que no está en el mismo segmento que los modelos anteriores, pero al final las etiquetas se entregan según las emisiones del coche, que dependen, en gran parte, de su consumo de combustible.
El sistema actual de etiquetas de la DGT es, según la OCU, paradójico. La organización argumenta que una persona con un utilitario con poco consumo y bajas emisiones no puede entrar en determinadas zonas mientras que, otra con un híbrido enchufable de un consumo elevado y gran potencia, sí.
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