Ousmane Dembélé arrancó su carrera con gran promesa en el Rennes, brilló en el Borussia Dortmund y luego puso rumbo al F. C. Barcelona por una cifra estratosférica.
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Aunque las lesiones y la irregularidad sembraron dudas, su excelente rendimiento reciente en el París Saint-Germain lo ha catapultado de nuevo a la élite: goles decisivos y actuaciones destacadas le han llevado a ganar el Balón de Oro por delante de jóvenes talentos como Lamine Yamal, al que se impuso en la votación final celebrada en el Teatro de Chàtelet (París, Francia).
Su increíble garaje: lujo alemán y caprichos personales
Una de las piezas más sonadas del parque automovilístico de Dembélé es un Mercedes-AMG GT 63, un deportivo de alta gama que combina velocidad, presencia y exclusividad.
Tiene un motor V8 que desarrolla 585 CV con los que puede pasar de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 310 km/h. Todo por un precio de más de 160.000 euros y que hace honor al estatus que el jugador ha recuperado en el campo.
El crack francés parece tener especial predilección por la marca de la estrella, ya que también posee un Clase G AMG 63, uno de los todoterrenos más brutales del mercado. Tiene un motor V8 4.0 de 585 CV y una capacidad todoterreno sobresaliente.
Con esta misma mecánica V8 biturbo, posee un Mercedes-AMG GLC 63 y un Mercedes-AMG Clase S.
Audi Q7
También se le ha visto con un Audi Q7 50 TDI quattro que le regaló el F.C. Barcelona como parte del acuerdo con Audi. Este SUV de tres litros diésel, con tracción total, ofrece casi 300 CV y un habitáculo espacioso, ideal para trayectos largos o desplazamientos confortables.

Relación entre lo que gana y lo que conduce
No es sorpresa que alguien en su posición pueda permitirse estos vehículos; los salarios en clubes grandes suman cifras millonarias, y ciertos acuerdos comerciales con marcas como Audi le otorgan vehículos de alta gama como parte del contrato.
Su garaje, entre deportivos, SUV y modelos premium, se convierte así en una extensión visible de ese éxito reciente, una forma de materializar el renacer profesional tras años de esfuerzo, expectativas cumplidas y la recompensa del recientemente ganado Balón de Oro.
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