Además de las señales de circulación verticales y los carteles digitales con avisos, hay otro tipo de información que se brinda a los usuarios: las marcas viales en la calzada.
Entre ellas, las líneas continuas y discontinuas son las más conocidas entre los conductores. Las primeras prohíben rebasarlas, las segundas sirven más para delimitar los carriles en la vía, ya sean en la misma dirección o en sentido contrario. En este último caso permiten el adelantamiento, pero si hay una continua, no.
Más información
Y si esta línea continua está sola en medio de dos carriles de diferente dirección, estará prohibido adelantar en ambos sentidos. Si se sitúa junto a una discontinua, estará prohibido adelantar en el carril en el que aparezca primero.
La línea discontinua corta
Si esos trazos de la línea discontinua se acortan, normalmente avisan de un peligro o situación de especial atención.
- Suelen terminar en uno de estos supuestos:
- Se acerca un paso de peatones.
- Termina en un cruce peligrso.
- Llega una curva cerrada, un cambio de rasante o algún otro obstáculo que puede interferir en la normal visibilidad del conductor.
- Finaliza en una zona con tráfico denso donde lo habitual es tener que aminorar la velocidad.
- En vías interurbanas pueden obligar a cambiar de carril ante la proximidad de una salida.
- En vías urbanas pueden significar la prohibición de adelantar.
En cualquier caso, ante la aparición de estas líneas discontinuas más cortas hay que extremar la precaución ya que, en cualquier caso, indican que se aproxima un cambio en la condición de la carretera que puede llevar a una situación de relativo riesgo.
Pero lo más habitual y lo que pone en el manual de la Dirección General de Tráfico (DGT) es que anuncie al conductor que se aproxima a una marca longitudinal continua o que se acerque a un tramo de vía que presenta un riesgo especial.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram