El Range Rover siempre ha sido sinónimo de capacidad fuera del asfalto y lujo, y su quinta generación remarca todavía más ambos pilares, ofreciendo una imagen continuista, más equipamiento y confort, y una oferta de motores bastante variada.
Para su diseño, aunque nuevo, Land Rover ha optado por un enfoque que resulta familiar, con un frontal minimalista y una carrocería de superficies limpias que huye de recargado, ya sea en la versión de batalla estándar, que mide 5,05 metros, o la larga, que crece hasta los 5,25 y ofrece una mayor habitabilidad interior. La zaga es el único punto que presenta novedades más notables, como los finos pilotos de orientación vertical.
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Similares sensaciones produce el habitáculo, que evoluciona el del modelo saliente. El volante presenta dos anchos radios que concentran diversos controles, el cuadro de instrumentos digital tiene un tamaño de 13,7 pulgadas y puede configurarse en múltiples aspectos, la pantalla central de 13,1” es flotante y bajo ella se mantiene botonería física para la climatización.
El espacio interior es considerable, garantizando una habitabilidad generosa para todos sus ocupantes, que pueden ser cuatro, cinco o siete, según la configuración de asientos (la última solo está disponible en la carrocería larga).
De hecho, ir en las plazas traseras puede ser incluso más placentero que viajar en las delanteras, pues en los respaldos hay sendas pantallas de 11,4 pulgadas y en la configuración de cuatro plazas se suma otra en el reposabrazos central, así como asientos todavía más grandes y cómodos.
Los motores del Range Rover 2022
Su oferta mecánica incluye opciones diésel con tecnología microhíbrida, gasolina e híbridas enchufables. Las de gasóleo son el D300 de 300 CV y el D350 de 350 CV, el único gasolina es el P530, que además es la versión más deportiva de la gama gracias a su motor 4.4 V8 biturbo firmado por BMW que entrega 530 CV y 750 Nm de par; y las alternativas PHEV son el P440e de 440 CV y el P510e de 510 CV, ambos con una batería de 38,2 kWh de capacidad que les permite superar los 100 kilómetros de alcance eléctrico.
Concebido como un devorador de kilómetros, la comodidad está garantizada gracias a la suspensión neumática regulable, a las barras estabilizadoras con sistema eléctrico de 48 voltios y al eje trasero direccional, que mejora la agilidad en curva y la estabilidad a altas velocidades.
Aunque su enfoque es el de un SUV premium que garantice el mayor confort posible sobre es asfalto, también ofrece unas capacidades off-road considerables, como por ejemplo su capacidad de vadeo de 90 centímetros y unos ángulos de ataque, ventral y salida de 34,7, 27,7 y 29 grados, respectivamente.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.