El coche esconde muchos secretos y, al ser algo de uso tan cotidiano, muchas veces pasan inadvertidos. Uno de ellos, relacionado con la puerta trasera de los coches, ha protagonizado la información más leída durante la semana en EL MOTOR, seguida de una curiosidad relacionada con las matrículas de los vehículos.
El secreto de la puerta trasera
Uno de los mayores riesgos en un viaje con niños es que abran las puertas del vehículo sin ser conscientes del peligro que implica. Existe una forma de evitarlo que, sin embargo, muchos conductores desconocen porque es una de esas funciones ocultas de los coches.
Para encontrar esta función oculta hay que buscar un símbolo en el canto de la puerta trasera: puede ser el dibujo de un candado, el de un niño o la combinación de ambos. Aparecerá junto a un hueco o ranura que permite ajustar el bloqueo de seguridad.
En algunos modelos es una palanca que se debe mover hacia arriba o hacia abajo para bloquear o desbloquearlas.
En otros será una cerradura y para manipularla, será necesario tener a mano la llave del coche o una herramienta plana como un destornillador. Bastará con insertar cualquiera de las dos y girarla un cuarto de vuelta hasta escuchar un ‘click’.
Al anular la apertura de las puertas traseras desde el interior, los niños no podrán manipularlas accidentalmente: eso sí, desde fuera siempre será posible abrirlas. Y para desactivar este bloqueo, únicamente habrá que mover la llave en la otra dirección.
Los secretos de la matrícula del coche
Solo con la matrícula de un coche se puede saber quién es su propietario y cuáles son sus antecedentes. Los del vehículo, se entiende: fecha de matriculación, cargas administrativas pendientes o vigencia de la ITV, entre otros. Datos prácticos si se quiere adquirir ese turismo, si está abandonado en la vía pública o si se ha tenido un roce y se desconoce el propietario. O por curiosidad.
La información pública del registro de vehículos de la Dirección General de Tráfico (DGT) se consigue a golpe de clic, y la propia DGT recomienda hacerlo, por ejemplo, antes de comprar un coche de segunda mano.
El trámite cuesta menos de nueve euros y el informe completo indica si el vehículo está libre de cargas (embargos, precintos o procedimientos concursales, por ejemplo), además de los datos técnicos e incluso el historial de reparaciones y averías, si se han realizado en talleres que envían la información al libro digital de mantenimiento. La integración en este sistema, no obstante, es voluntaria para los centros de reparación.
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