El avance de los coches eléctricos en la industria del automóvil es tan rápido que algunas marcas tienen serios problemas para seguir el ritmo. En China, esto se ha traducido en enormes cementerios repletos de estos modelos: muchos de ellos con muy poco uso.
The Wall Street Journal ha sido el último medio en documentar los cementerios de coches eléctricos chinos. Este periódico muestra cómo la ciudad de Hangzhou se ha llenado de descampados que acogen miles de estos vehículos. No obstante, Bloomberg apunta que el fenómeno se repite, desde 2019, en muchas ciudades chinas.
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Una evolución demasiado rápida
¿Cuáles son las razones que explican el fenómeno de los cementerios de coches eléctricos chinos? El Gobierno del país asiático ha invertido dinero en este sector y la tecnología se ha desarrollado muy rápidamente. Esto también significa que los modelos más antiguos se quedan obsoletos antes de lo habitual.
Por otro lado, hace una década, más o menos, cientos de fabricantes chinos, impulsados por las ayudas gubernamentales, pusieron en marcha sus líneas de producción para alumbrar coches eléctricos. Eran modelos pequeños, con niveles básicos de calidad interior y baterías con apenas 100 kilómetros de autonomía.
Auge y caída de los coches compartidos en China
Esos automóviles fueron la base del negocio de los vehículos compartidos en China, razón por la que muchos de estos cementerios coleccionan modelos que son iguales. Suelen ser coches eléctricos modernos y con la carrocería blanca.
Ahora, el negocio se ha desinflado y muchas de aquellas compañías, que fueron las primeras en adoptar los vehículos eléctricos, han cerrado. Después del fracaso, los vehículos de carsharing fueron abandonados: algunos con tanta prisa que todavía conservan sus accesorios en el salpicadero.
Otro de los motivos para olvidarlos en estos cementerios es el mismo que se ha mencionado antes: estaban a punto de quedarse atrás a medida que los fabricantes lanzaban nuevos modelos con mejores características y autonomías más extensas.
Un aviso para la industria
Para muchos, estos cementerios de coches eléctricos representan los excesos de una industria floreciente y para otros es la imagen que podría predecir el futuro de estos vehículos sin una correcta gestión.
China se enfrenta ahora a otro de los puntos sensibles de estos coches: su reciclaje y el de sus componentes con especial atención en las baterías. No hay que olvidar que este caso es semejante al vivido, hace unos años, con las bicicletas compartidas. El colapso del sistema empleado se tradujo en millones de ejemplares tirados en zanjas, ríos, aparcamientos… tras el auge y caída del negocio.
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