El futuro de la movilidad es voluble. Hace no muchos años la industria parecía centrada en la conducción autónoma, pero hoy en día, pese a que se mantiene esta línea de desarrollo, está enfocada en conseguir más y mejores asistentes de conducción para que quien vaya al volante pueda desempeñar la tarea de manera más segura. En lo que sí parecen coincidir los fabricantes es en que el futuro de los coches es eléctrico.
Esto difícilmente se puede rebatir: lo que hace no tanto eran prototipos o modelos de producción con evidentes limitaciones, sobre todo en autonomía y rendimiento, ha dado paso a una oleada de vehículos más capaces que pueden cumplir perfectamente con las necesidades diarias de muchos conductores.
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En esta tesitura, las compañías miran más allá y se plantean cómo será el coche eléctrico del futuro. Una idea aproximada, por ejemplo, es la que ofrece Nissan con el Ariya Concept. La marca aprovechó el pasado Salón de Tokio, que se celebró en octubre de 2019, para presentar como prototipo un SUV de cero emisiones que podría ser prácticamente de producción.
Giovanny Arroba, director de Diseño de Programas de Nissan, explica: «Con el Nissan Ariya Concept hemos creado una experiencia única del vehículo eléctrico. Es nuestra visión sobre cómo dar forma al futuro. Es un nuevo vehículo que está dispuesto a traspasar los límites del diseño y la tecnología para capturar la esencia de lo que un coche eléctrico realmente debería ser».
Su diseño opta por el tan de moda formato de los todocaminos y cuenta con soluciones habituales en un vehículo a pilas, como es la parrilla carenada (no hay necesidad de refrigeración de un motor térmico) y unas esculpidas formas para optimizar su resistencia aerodinámica.
Algo similar ocurre en el habitáculo, que sigue la línea vista cada vez en más lanzamientos de ofrecer un espacio lo más limpio posible, eliminando lo superficial y apostando por los controles táctiles, dando todo el protagonismo en el salpicadero a un cuadro de instrumentos digital y una consola central formados por pantallas de idénticas dimensiones.
Aún más interesante es apartado mecánico y tecnológico. Aunque no se ha desvelado su potencia concreta, Nissan sí ha confirmado que utiliza el sistema de propulsión e-40RCE, que emplea dos motores eléctricos, uno acoplado a cada eje, lo que le otorga tracción integral y una mayor capacidad de respuesta en cualquier situación.
En el campo de la conducción autónoma, la marca japonesa ha dejado de lado los niveles más altos de autonomía, en los que el coche se conduce por sí mismo, para decantarse por una evolución de su sistema de asistencia, el Nissan ProPILOT 2.0, que guía la conducción por autopista, permite realizar cambios de carril automáticos y conducir por un solo carril sin tener que usar las manos.
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