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De un tiempo a esta parte, los Tesla Model 3 y Model Y encabezan algunas de las listas de los coches eléctricos más vendidos. ¿La razón? La reducción aplicada a sus precios los ha convertido en una buena oferta. Eso sí, esta rebaja no está beneficiando a todo el mundo.
Una de las principales perjudicadas por esta estrategia, tal y como informa Bloomberg, es Sixt. Tanto es así que la empresa alemana de coches de alquiler ha tomado una drástica decisión: interrumpirá la compra de modelos Tesla y venderá los que ya tiene.
Esa reducción de precios ha afectado al valor de reventa de los vehículos eléctricos de Elon Musk, que ha bajado notablemente. No es el único motivo: hay que añadir los altos costes de reparación.
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Sixt presume de ser la compañía con la segunda flota de alquiler más grande de Europa y la cuarta de Estados Unidos: está presente en 100 países con una flota de, aproximadamente, 250.000 coches. A partir de ahora, Tesla no formará parte de ella.
Lo cierto es que el objetivo de Sixt es sustituir progresivamente sus vehículos de gasolina y diésel hasta que, al menos, el 90% de su flota sea eléctrica y pretende hacerlo realidad a finales de esta década. Para lograrlo, apostará por los modelos de BYD: son más baratos y más fáciles de reparar.
Tanto es así, que se ha comprometido a comprar al menos 100.000 coches eléctricos a esta marca china. Cabe recordar que Sixt fue la primera empresa de alquiler, en Europa, que integró modelos de BYD en su oferta.
Hertz también prescinde de Tesla
Sixt no es la única empresa de coches de alquiler que ha tomado una drástica decisión respecto a Tesla. Hertz también reducirá las compras de vehículos eléctricos mientras aprende a gestionar sus costes, tal y como apuntó hace unos meses su director ejecutivo, Stephen Scherr.
La actual flota de Hertz incluye 50.000 vehículos eléctricos: representan aproximadamente el 11%; de ellos, 35.000 son modelos Tesla. Sin embargo, Stephen Scherr ha asegurado que los alquileres de vehículos eléctricos son una pérdida de dinero.
Los motivos son semejantes: sufren averías con más frecuencia de lo esperado y su reparación es más cara que la un modelo de combustión comparable. De hecho, cuesta, más o menos, el doble. A esto hay que añadir que Hertz compró gran parte de su flota eléctrica en plena guerra de precios… y, justo después, Tesla redujo drásticamente sus tarifas.
Estos recortes, sumados al aumento de las ventas, han perjudicado a su valor de reventa. Tanto es así que, según los cálculos de Hertz, esa caída es de un tercio. Y para una empresa de alquiler que reemplaza su flota con frecuencia no es una buena noticia.
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