El imparable camino hacia la descarbonización de la movilidad pasa, de forma inevitable, por el crecimiento de la infraestructura de recarga. Los vehículos eléctricos precisan de puntos suficientes para recuperar la energía de sus baterías, tanto privados como públicos. Y con una enorme cantidad de coches sin acceso a los primeros, los segundos se antojan esenciales en la persecución de esos objetivos de electrificación del parque móvil.
La iniciativa privada juega un papel determinante en este sentido. Cada vez son más las empresas que, con diferentes motivaciones, contribuyen a la expansión de la red. Con su esfuerzo e inversiones, cada vez será más sencillo cargar un coche eléctrico. Algo que repercutirá de forma proporcional en la popularización de los mismos, ya que permite que los usuarios alivien su preocupación por devolver a la vida las pilas de sus automóviles.
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En los últimos días se han revelado diferentes acciones que apuntan en esta dirección. Es el caso de Cepsa, que pretende disponer del “mayor ecosistema de movilidad eléctrica” en España y Portugal”. Una intención que se concreta en la instalación de un cargador de 120 kW cada 200 kilómetros en las principales carreteras de ambos países.
Repsol, otro de los principales actores del mercado energético, prosigue con el proyecto europeo ‘E-Via Flex-E’ para el despliegue de una red de 14 instalaciones de alta velocidad en los corredores de transporte de España, Francia e Italia. Su red pública actual cuenta con 2.0000 puntos operativos, de los que 370 son gratuitos. A ellos acaban de unir cuatro de 350 Kw cada uno en su estación de servicio situada en Venturada (Madrid).
Con esa capacidad de carga, cada uno de los puntos es capaz de recargar coches eléctricos en un tiempo entre cinco y diez minutos. Es la tercera instalación ultrarrápida de Repsol, tras las de Lopidana (Álava) y Ugaldebieta (Vizcaya). Su objetivo pasa por contar con más de un millar de puntos rápidos o ultrarrápidos antes de acabar este año, lo que se traduciría en uno de ellos cada 50 kilómetros.
Cargar haciendo la compra
En la misma línea se mueve la estrategia de la multinacional de la distribución Carrefour, que ha puesto en marcha la expansión de sus puntos de recarga en toda Europa. Su idea de ofrecer este servicio a sus clientes pasa por disponer de 2.000 cargadores en 2023 y ampliar la cifra hasta los 5.000 ya en 2025, repartidos por el continente.
Su planificación apunta a diez puntos de recarga en cada centro comercial y cinco de ellos en los supermercados, con velocidades habituales de hasta 22 kW pero que llegarán gasta los 50 e incluso 300 kW en casos puntuales.
En este sentido, conviene recordar que Mercadona tiene ya instalados más de 1.000 cargadores en sus establecimientos, lo que le permite situarse como uno de los principales proveedores de electricidad para movilidad en el país.
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