No estoy de acuerdo con que un bien común, como es el aprendizaje de la conducción, esté monopolizado”, relataba a El País hace unos años el madrileño Gabriel Lucas. Este informático invirtió cuatro años y 2.500 euros en obtener el carnet de conducir por su cuenta y riesgo, sin pisar jamás una autoescuela. Quería demostrarse a sí mismo y a los demás que hay cuestiones que todo el mundo da por válidas –en este caso, la obligatoriedad de acudir a una autoescuela como paso necesario para lograr el permiso de conducción– “que se pueden cambiar para mejorarlas”. Porque, efectivamente, sí es posible obtener el carnet de conducir por libre, al menos el permiso B (el que permite manejar cualquier turismo).
Desde la Dirección General de Tráfico admiten que el de Lucas no es un caso aislado. Aunque evidentemente es una excepción, en España hay casi 100 personas que han optado por esta vía. Una Orden Ministerial aprobada en el año 1981 permite “la obtención de una Licencia de Aprendizaje de la Conducción” para conseguir el carnet. Esta licencia “podrá otorgarse por una sola vez, siempre que el solicitante designe a la persona que habrá de acompañarle durante el aprendizaje y que estará, en su caso, a cargo del doble mando del vehículo”.
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“Para los valientes que por principios quieran adaptar el coche, ahí va la orden casi desconocida que lo explica todo. Es una pequeña joya y una más de esas mil y una leyes del país del se obedece pero no se cumple”, recogía el blog que animó a Gabriel Lucas a dar el paso.
“Son poquísimas las personas que eligen esta vía. Y estamos en contra, como es lógico. Quien se presenta por libre suele recibir clase de algún familiar o amigo, que no es profesor de Formación Vial. Lo más probable es que le transmita alguna información dudosa o falsa y contribuya a que el conductor novel adquiera algún vicio en el manejo del vehículo”, lamenta el presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), José Miguel Báez.
En la actualidad, para presentarse al examen teórico del carnet de conducir basta con superar el test psicofísico, presentar en Tráfico la solicitud y la documentación para realizar la prueba, y abonar las tasas. El examen consta de 30 preguntas tipo test y como máximo, el alumno podrá fallar tres. Si supera el corte, aguardan las clases prácticas. Aquí es donde la cosa se complica para los que deciden sacarse el carnet por su cuenta.
Dobles pedales, el seguro, un acompañante…
Además de adaptar el coche con doble pedal de freno y embrague para el copiloto, se debe asegurar el vehículo, lo cual es complicado por la negativa de las compañías de seguros a asumir riesgos de este tipo. La solución pasa por convencer al Consorcio de Compensación de Seguros, pero evidentemente también conlleva un coste. Por último, se debe designar quién será el acompañante durante el periodo de aprendizaje.
Esta persona debe cumplir una serie de requisitos: poseer un carnet de conducir (permiso B), estar ligado al solicitante con “vínculo de parentesco, amistad o buena vecindad”, no haber sido condenado por hechos de tráfico y “vigilar de manera permanente la actuación del aprendiz para que este sea conforme a las normas de circulación”, entre otros. “No valen los adiestramientos caseros”, denuncia Báez, “ya que el tráfico es cada vez más complejo e incorporarse a él exige una buena formación, impartida por profesionales que estén al día”.
No obstante, la Licencia de Aprendizaje de la Conducción, en vigor desde 1981, puede tener los días contados. La DGT trabaja desde hace meses en un borrador del Real Decreto por el que se modificará el Reglamento General de Conductores. La nueva norma recoge cambios importantes relacionados con el carnet de conducir: obligará a recibir una formación teórica presencial obligatoria (un mínimo de 8 horas) en la autoescuela antes de presentarse al examen teórico, y establecerá plazos mínimos para realizar la prueba práctica entre convocatorias no superadas. “Cada vez que el alumno suspenda una prueba deberá recibir al menos cinco clases prácticas más antes de volver a examinarse”, confirman desde Tráfico. La modificación, no obstante, queda en el aire con la reciente convocatoria de elecciones generales, al igual que otras propuestas de Tráfico.
De aprobarse, los nuevos artículos derogarán de facto esa Orden Ministerial que durante casi 40 años ha permitido a casi un centenar de hombres y mujeres obtener el carnet de conducir de una manera tan poco ortodoxa. Desde la CNAE aplauden estas futuras medidas. “Hay una serie de materias (por ejemplo, la percepción del riesgo) que no pueden ser impartidas fuera del aula o a distancia. Si queremos menos muertos y menos heridos graves en las vías abiertas al tráfico de nuestro país, necesitamos reforzar la formación”, insiste José Miguel Báez.
En su opinión, la asistencia a clases es una herramienta clave para concienciar a los futuros conductores. “No hay otro modo de que el alumno descubra las fatales consecuencias de la velocidad excesiva o inadecuada, de las distracciones y del consumo de alcohol o sustancias estupefacientes al volante”, concluye.
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