En los últimos años, y gracias a la iluminación LED, los vehículos han dado un salto tecnológico cualitativo que mejora la visión en circunstancias de baja visibilidad y durante las horas nocturnas. La distancia entre las primigenias bombillas de filamento y los actuales de láser es abismal.
Así, unas luces halógenas clásicas pueden alumbrar hasta 60 metros, mientras que unas de xenón alcanzan hasta 90 metros. Las estandarizadas de diodos de LED llegan hasta los 300 metros, y las de configuración láser permiten una capacidad visual de 600 metros.
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Y si resulta importante la mejor visión posible mientras se conduce, no lo es menos el hecho de ser vistos. Y ahí entra en juego el catadióptrico.
¿Qué es el catadióptrico?
Según el reglamento de la circulación, un catadióptrico o retrocatadióptrico es un dispositivo utilizado para indicar la presencia del vehículo mediante la reflexión de la luz procedente de una fuente luminosa.
Se trata de unas pequeñas piezas importantísimas para la seguridad vial. Además de llevarlas incorporadas los vehículos, se encuentran también en las señales de tráfico. Gracias a su reflejo (consiguen devolver hasta el 60% de la luz) los conductores pueden reaccionar con mayor tiempo y seguridad.
Por lo tanto, este elemento retrorreflectante dispone de una propiedad extraordinaria, puesto que no solo refleja la luz: simplificando mucho, un catadióptrico refleja la luz incidente hacia la misma dirección en que le llega, devolviéndola de la misma manera directamente al emisor.
La obligatoriedad de portarlos
Los catadióptricos actuales se ubican dentro de las ópticas traseras en los automóviles, aunque en algunos casos se montan en los laterales de las aletas posteriores. Los coches tienen que incorporar cuatro unidades. Por su parte, en las motocicletas y ciclomotores deben incorporar uno no triangular y de color rojo en la parte trasera.
Si integran uno solo, se situará en el centro; si son dos, tienen que ser simétricos. Opcionalmente, pueden llevar uno o dos por cada lado y a veces otra pareja en el soporte del guardabarros en el lateral de la parte frontal de color naranja. Por último, las bicicletas y patinetes deben incorporarlo en la parte trasera, siendo de color rojo y no triangular.
Causa de no pasar la ITV
La ausencia de catadióptricos o su montaje no homologado puede dar lugar a no pasar la ITV. Además, no deberán presentar síntomas que afecten a su funcionamiento. Un pequeño elemento que puede costar la vuelta a la estación de la inspección técnica, una vez subsanado el problema.
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