En la última década, unos 4.000 peatones han fallecido en las carreteras y ciudades españolas a causa de un atropello, a lo que se suman otras decenas de miles de personas heridas. Por eso, con el objetivo de aumentar la seguridad de los peatones frente a los vehículos, se celebra cada 17 de agosto el Día Internacional del Peatón a iniciativa de la Organización Mundial de la Salud.
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Los peatones representan casi el 22% de fallecidos en accidentes de tráfico en España. Llevado esto a una cifra exacta, significa que en 2019 se contabilizaron 381 víctimas mortales. ¿Cómo son y en qué circunstancias resultan atropelladas esas personas? ¿De quién es la responsabilidad?
El perfil del peatón atropellado
Según los datos reunidos por el comparador Acierto.com, siete de cada diez peatones fallecidos tenían 65 años o más, aunque existe una incidencia mayor a partir de los 75 años. Y hasta el 85% de los accidentados sufren secuelas permanentes.
Los atropellos se producen mayoritariamente en las poblaciones, sobre todo en las más grandes. Los cruces, intersecciones, semáforos y lugares no habilitados para la circulación de peatones resultan especialmente peligrosos.
Sin embargo, al contrario de lo que podría tenerse como imagen habitual de un atropello, los percances más comunes son aquellos que se producen marcha atrás en las vías urbanas. Y en ellos, la culpa es casi siempre del conductor: ocurre en ocho de cada diez ocasiones.
La causa del atropello, clave para el seguro
Si bien la legislación actual tiende a proteger al más débil –es decir, al peatón– determinar de quién es la responsabilidad del atropello puede generar cierta controversia. Algo que sin embargo será clave para saber cómo actuará el seguro.
La experta de Acierto.com Amanda Cuns pone un ejemplo: “Si el peatón cruzaba bien y el coche lo atropella, responderá la responsabilidad civil del coche, pero si lo hacía deliberadamente o por donde no correspondía –y esto se demuestra–, en principio no recibirá ninguna indemnización y será el responsable de todos los daños que se ocasionen”.
Por otra parte, indica la experta, “hay que tener en cuenta que el coche siempre debe respetar la llamada zona de incertidumbre”, es decir, un espacio alrededor del vehículo que podrían estar ocupando peatones, coches y otros vehículos.
Si el automovilista no respeta esta regla y no actúa con la debida prudencia, “la culpa del atropello también puede ser dudosa”, incluso aun cuando el peatón no lo haga del todo bien. Esto ocurriría, por ejemplo, si una persona cruza por una vía no especialmente habilitada, pero tampoco prohibida, y el automovilista circula con exceso de velocidad. “En este caso la culpa puede ser de ambos o solo del coche”, matiza Amanda Cuns.
Cuando la víctima no es el peatón
A pesar de ser las víctimas más habituales, los peatones no siempre se llevan la peor parte en los accidentes. Puede darse el caso de que una persona –cruzando de forma indebida por la calzada– cause un siniestro que perjudique a un tercero.
En estos casos no solo podría exponerse a una multa, sino también a una pena de prisión de seis meses a dos años, aunque siempre dependerá del caso en particular y de las circunstancias concretas: que camine bajo los efectos del alcohol, por ejemplo, o que su imprudencia cause una víctima mortal.
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