El precio de los combustibles ha vuelto a repuntar en las últimas semanas después de un periodo de descenso. La tarifa media de la gasolina sin plomo este miércoles es de 1,623 euros por litro, mientras que el gasóleo A se paga a 1,550 euros.
Esta montaña rusa de precios (estos combustibles llegaron a pagarse a 2,152 euros y 2,106 euros por litro, respectivamente), motivada por las tensiones geopolíticas, la inflación y el aumento de la demanda, entre otras razones, ha llevado a muchos conductores a surtirse de carburante en las gasolineras baratas.
Gasolinas baratas
Otros automovilistas, sin embargo, desconfían de este producto porque consideran que es de peor calidad que el que se vende en las estaciones de servicio de las grandes petroleras (Repsol, Cepsa, Galp, Shell o BP). Muchos, de hecho, creen incluso que la potencia de los coches se reduce cuando se usan estos carburantes de bajo coste.
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Según la asociación de gasolineras automáticas AESAE, no existen datos científicos que sustenten esta afirmación. Además, desmiente que la utilización de estos combustibles más baratos pueda llegar a ser dañina para los coches y las motos. AESAE asegura que el combustible que se reposta en las gasolineras de bajo coste es, con algunos matices, el mismo que el de las grandes petroleras.
Cuestión de aditivos
La patronal de estaciones de servicio automáticas, además, ha remarcado que el precio medio del litro en sus instalaciones es unos 15 céntimos menor que en las gasolineras de las grandes operadoras. Esto se traduce en un ahorro anual que ronda los 300 euros.
La vía normal de compra de los carburantes en España es Exolum, la antigua Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH), que trabaja exclusivamente con el producto refinado de Cepsa, BP y Repsol. Exolum cuenta con diversos emplazamientos que permiten a las gasolineras el suministro desde puntos no muy lejanos. De ahí que el combustible básico sea el mismo para cualquier expendedor.
Luego, cada distribuidor añade sus propios aditivos, que afectan a la fluidez del hidrocarburo, la eficiencia energética, la dispersión de metales, la oxidación o incluso la emisión de gases contaminantes, y que son los que incrementan el precio al alza. En definitiva, la gasolina es la misma, pero la más cara tiene aditivos mejores y hacen que su tarifa sea más alta.
La gasolina de Alcampo
Alcampo es una empresa de distribución (filial del grupo francés Auchan) que opera en España bajo los formatos de supermercados e hipermercados. En alguno de estos últimos, que se suelen ubicar en centros comerciales, dispone de un total de 53 gasolineras que operan bajo su misma marca.
Además de sus precios más bajos en el combustible, comparado con el de las grandes petroleras, los usuarios que cuenten con la tarjeta Alcampo obtendrán descuentos de hasta ocho céntimos el litro al repostar combustible en sus gasolineras y pagar con dicha tarjeta. Tal y como ha indicado la propia cadena de distribución y se puede observar en los surtidores y en la caja de pago, los combustibles de Alcampo están suministrados por Repsol.
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