El truco de la piscina y otras ideas para aprender (y enseñar) a conducir

Un correcto aprendizaje es fundamental para la formación de un buen conductor. Durante la adolescencia y antes de obtener el permiso, los padres pueden iniciar la formación de sus hijos antes de su obtención inculcándoles buenas actitudes al volante. Y posteriormente a conseguirlo aconsejándoles durante sus primeros kilómetros. A continuación se exponen las principales directrices a seguir.

1. Uso del cinturón

Ponerse el cinturón de seguridad tiene que ser un proceso obligado al subirse a un automóvil, independientemente de que se sea conductor o pasajero. Nunca se insistirá bastante ya que todavía se detectan muchas víctimas de carretera que no lo llevaban correctamente puesto.

De paso, se puede transmitir a los futuros conductores la importancia de adaptar bien asiento y volante, posición de los retrovisores y bloquear el seguro de las puertas antes de iniciar la marcha (ya hay muchos coches que las bloquean automáticamente a partir de unos 30 km/h). Son acciones que deben convertirse en actos reflejos rutinarios para cualquier conductor.

2. Hablar de los riesgos

Exponer de forma gráfica los riesgos de la conducción. Evitar cifras y datos estadísticos difíciles de asimilar y explicar con ejemplos comprensibles las situaciones de peligro. Por ejemplo: frenando a 100 km/h un automóvil normal recorre casi la longitud de un campo de fútbol (80 a 90 metros) antes de lograr detenerse. Y el tiempo de reacción (el que tarda el conductor en frenar ante un obstáculo) suma la distancia de una piscina pequeña (20 a 30 metros). Con estos ejemplos será más fácil que el conductor novel tome conciencia de la velocidad y aprenda a anticiparse y mantener las distancias de seguridad necesarias.

3. Distracciones

Las distracciones son ya el principal enemigo al volante como primera causa de accidentes. Es muy importante inculcar en los conductores la necesidad de no desviar la atención de la carretera. Los nuevos hábitos de conectividad, ya sean usando el móvil o los propios sistemas del vehículo, provocan muchas situaciones de peligro. Cada segundo que se deja de mirar la carretera a 100 km/h el conductor recorre a ciegas 27,8 metros.

4. Tranquilo se conduce mejor

Tráfico, prisa o estado de ánimo son factores que causan estrés en el conductor y aumentan considerablemente la fatiga en trayectos largos. Afrontar los recorridos con tranquilidad y priorizando la seguridad será algo básico para lograr ser un buen conductor. En este punto es muy importante predicar con el ejemplo y transmitir al aspirante una conducción sosegada, sin brusquedades al acelerar, frenar o girar, señalizando siempre las maniobras, respetando escrupulosamente el código de circulación y también a los demás conductores.

5. Mejor en compañía

Una vez conseguido el permiso de conducir, habrá ciertas prácticas más que aconsejables para que el joven conductor vaya adquiriendo experiencia con seguridad. Una norma muy importante es evitar que conduzca en compañía de otros adolescentes, una circunstancia que puede distraerle e incitar a cometer imprudencias. Durante un tiempo prudencial es mejor que siempre vaya acompañado de otro conductor más experto, que le recuerde los parámetros de seguridad vial cuando sea necesario.

6. Y mejor evitar la noche

Otra norma muy importante para conductores noveles es evitar la noche. Es más difícil conducir sin luz solar y requiere mayor experiencia. Se suma además la inseguridad derivada del ocio nocturno, que genera buena parte de los accidentes.

7. No dejar de aprender

Por último, conviene preparar al conductor para seguir aprendiendo mediante la experiencia y la mejora e las técnicas de conducción. Existen diversos cursos de perfeccionamiento y seguridad muy aconsejables y que completarán lo aprendido en la autoescuela. Y pueden ser un excelente regalo de los padres después de obtener permiso.