Lluvias abundantes y carreteras mojadas: lo que nadie te cuenta sobre frenar bien cuando hay agua 

El aquaplaning se produce bajo condiciones de lluvia intensa y es una situación peligrosa para el conductor.

conducir lluvia
Con lluvia aumenta el riesgo de sufrir aquaplaning. | Getty Images

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha previsto lluvias abundantes en los próximos días, sobre todo en el oeste y norte de la península, donde el tiempo va a ser más inestable. Cuando cae agua intensamente se forma una capa sobre la calzada y esto supone un gran peligro para los conductores a la hora de frenar.

Este fenómeno es el aquaplaning: se produce bajo condiciones de lluvia intensa y provoca una de las situaciones más peligrosas para un conductor. Se origina en el umbral físico donde el neumático pierde contacto y empieza a patinar sobre la capa de agua que cubre el asfalto.

Cuando, por alguna circunstancia, los surcos de evacuación de los neumáticos no logran completar su trabajo, las ruedas dejan de estar en contacto directo con el firme. Es entonces cuando se desencadena el temido aquaplaning.

La velocidad y la cantidad de agua serán, además, los desencadenantes principales de este fenómeno. Con él, se genera una situación de peligro en la que el conductor pierde el control sobre el vehículo: esto afecta a la dirección, frenada y aceleración.

Los efectos del aquaplaning sobre el control del vehículo son inmediatos: el conductor pierde bruscamente la capacidad de girar, frenar o acelerar, quedando a merced de su propia inercia. Esto puede llegar a provocar accidentes, incluso, en tramos rectos de carretera que no presentan ningún riesgo cuando el asfalto está seco.

¿Cómo frenar con la carretera mojada?

En un escenario así, los expertos recomiendan conducir a la defensiva: no se debe acelerar. El conductor tiene que reducir la velocidad, pero de una forma suave y gradual. Para ello, lo idea es utilizar más el motor que el propio freno sin bloquear las ruedas.

Por ejemplo: si el coche va a 100 km/h en quinta, lo más aconsejable es pasar a cuarta y luego a tercera: no a tercera directamente. Por debajo de 60 km/h, también se puede optar por esta relación.

Tampoco hay que girar el volante rápido o bruscamente y, en la medida de lo posible, hay que evitar llevar a cabo cualquier adelantamiento. Obviamente, si el conductor tiene espacio para maniobrar, es preferible pasar junto a la balsa de agua antes que hacerlo por encima.

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