Los tres indicios para saber si el turbo se ha estropeado

El turbocompresor es un elemento clave de muchos motores modernos; si se estropea, resulta una avería cara de reparar.

Los tres indicios para saber si el turbo se ha estropeado

El turbocompresor o más coloquialmente conocido como turbo es un sistema de sobrealimentación que mejora las prestaciones de los motores, tanto diésel como de gasolina.  

El turbo resulta indispensable para que las mecánicas ofrezcan una buena respuesta a lo largo de su gama de utilización y funciona aumentando el flujo de la mezcla de combustible y aire que se quema en los cilindros.

El sistema actúa aprovechando los gases del escape, que son desviados hasta una pequeña turbina que incrementa con su giro la presión de la mezcla en el circuito de admisión. 

Los motores alimentados mediante un turbo no necesitan cilindradas elevadas para conseguir potencias similares y, en las mecánicas modernas, el turbo también ayuda a disponer de una buena respuesta a bajo y medio régimen.

Enfriar el turbo al ralentí

La ventaja es doble, porque con un motor más pequeño se puede conseguir el mismo rendimiento que con uno grande y además se reduce el consumo de combustible al disponer de una mejor eficiencia y dosificación a cualquier régimen. 

Sin embargo, el turbo es un mecanismo bastante complejo y susceptible de estropearse al cabo del tiempo, por el calor excesivo o por falta de mantenimiento. Para conservarlo en buen estado necesita que el conductor se asegure que reciba una correcta lubricación y se refrigere adecuadamente después de un uso prolongado.  

Por esta razón, se recomienda no apagar el motor de golpe después de un recorrido largo a regímenes elevados por carretera o autopista, tras los cuales es mejor dejarlo funcionando al ralentí algunos minutos para que circule el aceite que lo lubrica, evacuando así el calor y su temperatura no exceda lo tolerable, dañándolo.  

Los síntomas de avería

Aun tomando estas precauciones, es posible que el turbo se estropee y habrá que saber detectarlo para acudir cuanto antes al taller y evitar males mayores. Los síntomas principales que indican una avería de este tipo son tres e indican de forma inequívoca que algo no va bien en este importante sistema de sobrealimentación de nuestro coche. 

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