Todas las marcas aconsejan realizar el mantenimiento pertinente a los kilómetros indicados. Es fundamental para mejorar la seguridad y evitar averías. Pero, aun así, aunque esas revisiones se hagan en tiempo y forma, pueden surgir averías inesperadas.
Algunas de estos fallos mecánicos tienen unos costes que pueden llevar incluso a pensar en deshacerse del coche o dejarlo parado, debido al precio en sí de la pieza o al número de horas de mano de obra necesarias para cambiarla.
Estas son algunas de las más caras, acompañadas de los consejos para intentar evitarlas o retrasar al máximo su aparición:
Motor entero
Es una avería muy importante y más habitual de lo que se piensa por una sencilla causa: la rotura de la correa de distribución. Si esto pasa, los elementos del motor perderán su sincronismo y empezarán a rozarse y a moverse desacompasados, por lo que habrá que cambiar el motor entero, ya que el destrozo será importante.
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El coste total de cambiar el motor puede variar mucho, en función de la cilindrada, del modelo y de otros factores, pero la factura no va a bajar fácilmente de los 8.000 euros.
Para evitar esta avería, hay que seguir a rajatabla las recomendaciones del fabricante y hacer el cambio de la correa de distribución a los kilómetros indicados. No está de más revisarla en el taller cuando se lleve para realizar otro mantenimiento.
Caja de cambios
Tras el motor, la caja de cambios es el segundo elemento más caro de costear si se rompe. Y si es automática, más todavía. En este caso, la factura puede llegar e incluso superar los 7.500 euros, contando con unas 10 horas de mano de obra.
Si la caja es manual, la factura rondará los 5.000 o 6.000 euros. Para evitar las averías en la caja de cambios es fundamental realizar un correcto mantenimiento del aceite que engrasa sus piñones, denominado valvulina. Conducir de forma suave y sin aceleraciones bruscas, también alargará su vida útil.
Culata
La junta de la culata se encarga de sellar las cámaras de combustión. Para conservarla, hay que cuidar mucho los cambios de aceite y refrigerante, así como vigilar sus niveles.
El gran peso del coste de la reparación viene de la mano de obra, ya que hacen falta muchas horas (de 15 a 20) para poder acceder a esta pieza, cambiarla y volver a montar todo. La factura puede ascender hasta los 3.500 euros.
Turbo
Es uno de los componentes más delicados del motor y, siempre que lo tenga, es muy fácil conservarlo mucho más tiempo. Al arrancar, con esperar unos 30 segundos para iniciar la marcha es suficiente. Pero casi es más importante aguardar un tiempo al parar. Antes de apagar el motor, dejarlo encendido uno o dos minutos al ralentí permitirá que el turbo se enfríe paulatinamente y no de golpe, que resulta fatal para sus piezas y que pueden llevar a su gripaje.
La reparación no lleva muchas horas, pero el componente es caro por sí solo. La factura total puede superar los 3.000 euros.
Inyectores
Estos elementos se encargan de pulverizar el carburante e introducirlo en la cámara de combustión. El coste de su avería también es alto por el precio de las piezas, aunque su mano de obra no suele llegar a las dos horas.
El precio de esta factura puede rondar los 2.000 euros y para evitarla al máximo, se debe cambiar el filtro de combustible a los kilómetros indicados, así como vigilar el combustible que se utiliza y la gasolinera que lo suministra.
Otras averías
Además de estas, las más caras, hay otras que también pueden suponer un buen pellizco para la cuenta bancaria. Entre ellas, el aire acondicionado, que tiene en el compresor su pieza más crítica. Si hay que cambiarla, supondrá un coste de unos 1.500 euros.
El filtro de partículas es especialmente sensible en los vehículos que suelen circular por las grandes ciudades. Para que no se estropee, se recomienda salir a carretera cada cierto tiempo para que coja temperatura y la regeneración sea más efectiva. Su coste puede también superar los 1.500 euros.
El embrague también suele representar una avería muy común pasados unos cuantos, bastantes, miles de kilómetros. Y es que es una de las piezas que más desgaste sufren. La factura rondará los 1.000 euros.
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