Luz ámbar de los semáforos: la DGT aclara cuál es su auténtica función

La gran mayoría de los dispositivos que regulan el tráfico constan de tres luces. Dos de ellas tienen una misión muy clara.

Semáforo ámbar
La luz ámbar de los semáforos genera controversia en los conductores. | Getty Images

Como en muchos otros casos, la automoción se ha inspirado en otros sectores para el desarrollo de nuevos dispositivos. Así, por ejemplo, los cristales calefactados, el ABS, el ‘head-up display’ o los turbocompresores se copiaron de la aeronáutica. En el caso de los semáforos, también se miró a otro sector mucho más importante en aquellos días, el ferrocarril. 

La hemeroteca no se pone de acuerdo con la autoría de la invención del semáforo de la automoción, aunque hay tres personas que se pueden considerar los padres del invento. Ordenando por fechas, el primer candidato fue el ingeniero ferroviario John Peake Knigh, que en 1868 instaló un protosemáforo en los exteriores del parlamento británico, en Westminster.

Su diseño estaba compuesto por dos brazos verticales equipados con lámparas de gas. Durante el día, la posición vertical del brazo indicaba seguir, mientras que su posición horizontal ordenaba parar. Por la noche, se empleaban lámparas de gas con luces verde y roja, respectivamente. Estas eran activadas manualmente por un agente de policía. Sin embargo, poco después de su instalación, una explosión accidental causó graves heridas al oficial encargado de su operación, lo que llevó a la retirada del dispositivo.

Unos años más tarde, en 1914, un semáforo ya más parecido a los actuales se colocó en la ciudad estadounidense de Cleveland. Su inventor fue Garrett Augustus Morgan y el diseño ya incluía luces rojas y verdes, además de un altavoz para mejorar la efectividad de las advertencias de detenerse o avanzar. Aunque la verdadera revolución fue el color ámbar, que apareció por primera vez en un semáforo en 1920.

Los colores de los semáforos

Los colores rojo, amarillo y verde se han convertido en una parte fundamental de la regulación del tráfico en todo el mundo. La elección de estos tonos no fue arbitraria, sino que se basó en principios de percepción visual y psicología humana para garantizar la seguridad en las carreteras. 

El rojo se seleccionó como el color para indicar detención al relacionarse comúnmente con la acción de frenar. Este color es altamente visible y sugiere una advertencia clara de detenerse. Además, el rojo se asocia frecuentemente con el peligro en muchos contextos culturales, lo que refuerza su efectividad como señal de parada en un semáforo.

El verde, por su parte, se eligió para representar la autorización para avanzar. Este color se asocia con la seguridad y el movimiento hacia delante en muchas culturas. Además, el verde es altamente distinguible del rojo, lo que permite una rápida identificación de la señal para avanzar cuando se enciende.

El porqué del amarillo

Como se ha explicado, en 1920, el inventor William Potts instaló en la ciudad de Detroit (Estados Unidos) el primer semáforo que utilizaba el color amarillo como transición entre el rojo y el verde. Este amarillo, o ámbar, se utiliza como una advertencia de transferencia entre los otros colores. 

Su propósito es indicar a los conductores que se preparen para detenerse cuando el semáforo cambie de verde a rojo. El amarillo también se asocia comúnmente con precaución y advertencia, lo que lo hace apropiado para esta función de señalización intermedia.

Detenerse y no continuar

La Dirección General de Tráfico (DGT) es clara a la hora de interpretar las diferentes luces de un semáforo. Este es su significado:

  • Luz roja: prohibido pasar. No rebasar el semáforo o la línea de detención. Si estuvieran dentro o al lado opuesto de una intersección, los vehículos no deben internarse en esta ni, si existe, rebasar la línea de detención situada antes de esta.
  • Luz ámbar: indica que los conductores deben detenerse, como lo harían ante la luz roja, a menos que estén tan cerca del semáforo que detenerse bruscamente podría causar un riesgo de seguridad.
  • Luz verde: indica que se puede avanzar, salvo en situaciones de congestión del tráfico, donde al seguir adelante se podría obstruir el paso de otros conductores o peatones que cruzan perpendicularmente.

Es crucial tener presente que la luz amarilla no autoriza a avanzar, sino que actúa como una señal de precaución. Respetar las indicaciones de la luz amarilla contribuye a disminuir la probabilidad de accidentes, mantener un tráfico ordenado y velar por la seguridad de todos los usuarios de la vía.

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