El sistema de aire acondicionado de un coche está compuesto por un circuito cerrado de tubos flexibles por los que fluye el gas refrigerante. Siendo un sistema clausurado, no debería tener fugas, pero las vibraciones a las que está sometido cualquier vehículo, los golpes e incluso los cambios de temperatura hacen que haya que revisarlo y recargarlo de gas cada cierto tiempo.
Muchos conductores se repiten la misma pregunta en verano. ¿Por qué no enfría el aire acondicionado del coche? Para preservar un correcto funcionamiento de este sistema hay que hacer un mantenimiento periódico y así evitar futuros problemas.
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La mayoría de las veces el propio usuario puede hacerse cargo de las revisiones y de los eventuales arreglos. Solo en los casos más graves deberá acudir a su taller de confianza.
¿Por qué el aire acondicionado no enfría?
Cuando el aire acondicionado no enfría correctamente el habitáculo puede deberse a las siguientes circunstancias:
- Filtro del aire sucio. Si el filtro del aire acondicionado (también llamado filtro del polen) está sucio u obstruido, no permite una buena refrigeración del habitáculo. Para solucionarlo se debe limpiar o cambiar (cada 20.000 kilómetros) en una operación que puede hacer uno mismo.
- Fuga de gas refrigerante. Otra de las típicas causas que impide enfriar al aire acondicionado. El circuito de refrigeración está compuesto por tuberías y abrazaderas, por lo que es muy fácil que alguna se suelte o tenga una fuga. Para comprobarlo, únicamente es necesario enjabonar el circuito y esperar a que aparezcan pequeñas burbujas, que delatarán la pérdida. Si se debe a una conexión floja, nada más hay que apretarla. Si se ha producido una rotura, hay que acudir al taller especializado para su cambio.
- Compresor del aire acondicionado. Otro elemento que es mejor verificar y, llegado el caso, cambiar en un taller. El compresor es el componente fundamental del aire acondicionado y tiene que permanecer lubricado correctamente. Si está dañado, se notará una vibración al conectarlo.
- Ventilador interior. La acumulación de suciedad en este elemento tapona las rendijas y afecta sobremanera al correcto flujo de aire. Se puede detectar el problema con facilidad, ya que emite un olor desagradable al activar el aire acondicionado dentro del vehículo.
- Intercambiador exterior. Otra pieza importante del sistema de aire acondicionado. Cuando se acumula la suciedad en este elemento, el taponamiento dispara la presión del gas y el aire sale a temperatura ambiente. Es recomendable su limpieza una vez al año antes del cambio de estación.
- Recarga de gas del aire acondicionado. Uno de los problemas más habituales es la falta de gas refrigerante en el depósito. Para subsanarla solo hay que recargarlo en un taller especializado. Se recomienda hacerlo cada dos años, ya que las pequeñas fugas van mermando su capacidad.
Una forma eficaz de mantener en buen estado el sistema de refrigeración es conectarlo al menos una vez al mes durante 15 minutos. Así se mantiene operativo el mecanismo, limpiando los conductos e impidiendo que se acumule suciedad en las toberas y filtros.
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