BMW lleva al nuevo X6 al siguiente nivel

La tercera generación del SUV de estilo cupé es más imponente en su diseño y mucho más avanzada tecnológicamente.

B;W X6
El paso adelante del nuevo BMW X6 es indiscutible. | BMW

BMW ha iniciado la comercialización en España de la tercera generación del X6. Se trata de un SUV con carrocería de estilo cupé, precursor de esta silueta en su segmento desde su lanzamiento en 2008. Combina las ventajas de un todocamino de alta gama con un diseño que emana dinamismo y deportividad por los cuatro costados, siendo su techo de pronunciada caída en la zona posterior el rasgo de mayor personalidad del vehículo.

Lo cierto es que el BMW X6 ya era un coche de aspecto imponente en sus anteriores versiones y ahora BMW va un paso más allá. Para empezar es más largo (llega a los 4,93 metros de longitud) y ancho, pero también seis milímetros más bajo, con lo que su estética se identifica claramente con la filosofía deportiva del producto.

Más allá de sus generosas dimensiones, cada matiz del nuevo X6 aporta una dosis de espectacularidad que se concreta en un conjunto impresionante. Su gran parrilla dinámica (se abre o se cierra dependiendo de las necesidades de refrigeración del motor) con los clásicos riñones de BMW cuenta incluso con iluminación de forma opcional; los grupos ópticos sonde LED de serie pero ofrecen tecnología láser cuando se solicite; las llantas de menor diámetro son de 19 pulgadas (disponibles hasta de 22); la silueta cupé es incluso más pronunciada que en versiones anteriores y en la zaga destacan unos grupos ópticos más pequeños que nunca, además de unos escapes enormes y un difusor que remata el dinamismo del todocamino.

Acceder al interior del nuevo X6 es hacerlo al universo de exclusividad que ofrecen los productos más cuidados de la marca bávara. La calidad de los materiales utilizados es impecable, la propia de un automóvil de su posicionamiento y precio, lo mismo que sucede con los ajustes y los acabados. Son pequeños detalles e incluso sensaciones que siguen colocando en un escalafón superior a las creaciones de las marcas premium, algo imprescindible cuando las generalistas habían avanzado tanto en este sentido.

El despliegue tecnológico está a la altura de las circunstancias, con algunas de las mas avanzadas soluciones en materia de conectividad y seguridad. Las pantallas digitales han tomado el relevo de la instrumentación clásica para facilitar el acceso a una cantidad inabordables de funcionalidades, todas ellas ideadas para hacer más sencilla, gratificante y segura la conducción.

La habitabilidad se corresponde con la de un coche de su tamaño, aunque es verdad que las plazas traseras se ven condicionadas en altura por la caída del techo en esta zona, pudiendo resultar menos cómodas para ocupantes de estatura elevada. El maletero va de los 580 litros en la configuración habitual a los 1.530 litros si se opta por abatir el respaldo de los asientos traseros, lo que también se puede hacer por partes.

En su lanzamiento, el BMW x6 de tercera generación se encuentra disponible con cuatro motorizaciones, repartidas a partes iguales entre gasolina y diésel. Las primeras son el X6 xDrive40i con un rendimiento de 340 CV y la M50i que eleva el rendimiento hasta nada menos que 530 CV; para los incondicionales del gasóleo se han previsto el xDrive30d con 265 CV y el M50d que llega hasta los 400 CV.

En todos los casos, la tracción es la integral xDrive de la marca, con una nueva distribución de la potencia y con capacidad de orientar las ruedas traseras en caso de necesidad. Y el cambio también es común, buscando la excelencia que exige un todocamino de este formato con el sistema Steptronic automático de ocho velocidades, incluyendo el accionamiento con levas en el volante.

El conductor puede elegir entre cuatro modos de conducción, entre los que no falta uno específico para circular fuera del asfalto. Además, los clientes que lo precisen podrán montar, en las versiones básicas, un paquete específico para esta utilización off road, que mejora los reglajes de la altura del vehículo, la respuesta del acelerador, la transmisión y la intervención del control de tracción.

Toma de contacto

Durante la presentación del nuevo X6 para el mercado nacional, se pudo realizar una breve toma de contacto de un centenar de kilómetros por carreteras secundarias de la sierra noroeste madrileña. En concreto con la versión de acceso de la gama, la xDrive40i de gasolina, aunque con equipada con el paquete opcional M Sport, que potencia el estilo y deportividad del todocamino.

Y lo cierto que se trata de un automóvil que no defrauda en absoluto, justificando con muchas virtudes un precio base de 81.650 euros (la familia llega hasta los 115.500 euros de ambas versiones M). Por fuera, resulta espectacular, diseñado para hacer girar cabezas a su paso y dejando claro que se trata de un SUV de representación y capaz de satisfacer a conductores muy exigentes.

El ambiente del habitáculo es exquisito, la ergonomía roza la perfección y el equipamiento deslumbrante por la cantidad de detalles disponibles, todos para llevar el confort y la seguridad a lo fuera de lo común. El tacto de cada pulsador, la calidad de los guarnecidos, las posibilidades de climatización, la sensación de solidez y la sonoridad reducida que llega del motor convierten en realmente gratificante la experiencia de viajar en el nuevo X6.

El propulsor de gasolina se entiende a la perfección con un cambio automático rápido y efectivo, mientras que la tracción total aporta una enorme seguridad tanto en aceleraciones como al trazar curvas de todo radio. Se trata de un coche con enorme aplomo, se mantiene muy plano y sólido al girar, lo que no significa que sus 2.300 kilos de peso no se dejen sentir con ciertas derivas laterales que conviene tener en cuenta, así como en la necesidad de calcular bien las distancias de frenado circulando con cierto dinamismo.

Los 340 CV de su motor de seis cilindros son suficientes para rodar a buen ritmo en cualquier tipo de carretera, aunque volviendo al factor del peso y a la deportividad de su concepto, siempre habrá conductores que prefieran un rendimiento algo superior. Desde luego que resulta innecesario para la mayoría y para circular a velocidades legales, pero con más potencia se mejorará la respuesta en determinadas circunstancias, como las aceleraciones.

En definitiva, el BMW X6 es digno sucesor de las anteriores generaciones, un producto redondo que combina el fenómeno de los SUV con un diseño rompedor y diferenciador. Ideal para los amantes de la deportividad y la exclusividad, la conclusión es que vale lo que cuesta… y no es precisamente barato. Quien lo pueda pagar, eso sí, no quedará decepcionado.

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