El cambio del León que marca el camino para Seat

Reemplazar su motor de 150 CV por uno de 130 CV es más significativo de lo que parece: abre hueco para Cupra y adopta un enfoque incluso más racional.

Seat
Seat León

El Grupo Volkswagen está en proceso de cambio hacia la electrificación, algo que desde hace meses ha provocado especulaciones de todo tipo sobre Seat: su posible desaparición, su transformación en marca de movilidad… Pues bien, desde la compañía atajan estos rumores: queda Seat para rato y, además, con una hoja de ruta muy marcada que ejemplifica a la perfección el último modelo de la marca en actualizarse, el Seat León.

El eterno superventas, que desde hace años es un claro referente en un segmento de los compactos que parece ser el único en aguantar (aunque con concesiones) el auge SUV, recibe una novedad que, a priori, parece poco significativa, pero que deja clara la dirección en la que camina la marca española: dice adiós a su motor más potente, de 150 CV, para reemplazarlo por un bloque de 130 CV.

Nuevo posicionamiento de la marca

Esta decisión está justificada, desde el punto de vista de Seat, por el hecho de que es el rango de motorizaciones de entre 120 y 129 CV donde se concentra la mayor demanda entre los compactos: un 28% entre los cinco puertas y un 33% entre los familiares (como la carrocería Sportstourer del modelo). Sin embargo, entre líneas se deja ver algo más.

Cuando hace poco más de un mes se anunció que el Cupra León iba a recibir motores de acceso de 150 y 190 CV, el movimiento sorprendió, sobre todo por que el bloque más pequeño ya estaba disponible en el León de Seat. No parecía tener mucho sentido que ambas caras compartieran propulsor cuando tienen enfoques diferentes. Y la solución ha sido sacarlo de la oferta del generalista.

Se trata de una clara declaración de intenciones: dejar hueco a Cupra para que cada una de las dos marcas que forman Seat tenga un mercado definido. Esta quiere seguir haciéndose hueco entre los premium, mientras que Seat va a abrazar todavía más su naturaleza como fabricante de volumen, constituyendo un escalón de acceso con el punto de vista puesto sobre todo en un público joven.

Esta decisión, además, va a reflejarse en cómo afronta cada una de las dos firmas el inminente proceso de electrificación. Como ocurre en el mercado en general, la llegada de la tecnología eléctrica se va a producir de arriba abajo, empezando por segmentos superiores y modelos más caros, para que con el paso del tiempo acabe llegando a los inferiores.

Seat León

Es por eso que el esfuerzo inicial en materia de cero emisiones va a focalizarse en Cupra en exclusiva, mientras que Seat continuará tanto con sus opciones electrificadas (microhíbridos e híbridos enchufables), como con los modelos de combustión.

Desde la compañía es algo que apuntan y que tiene totalmente sentido: el anuncio de la prohibición de venta de coches térmicos en 2035 ha generado una sensación de urgencia artificial, ya que todavía quedan 13 años hasta llegar a ese punto, más de una década en la que mucha gente necesitará un coche nuevo y para la que probablemente un eléctrico sencillamente no sea la mejor opción, así que hay que seguir ofreciéndoles alternativas.

Las versiones del actualizado Seat León

Es algo que queda más que patente en el caso del León, con una gama mecánica que cubre necesidades muy variadas: diésel de 115 y 150 CV, gasolina de 110 y 130 CV (esta es la única novedad), gas natural GNC de 130 CV, microhíbrido eTSI de 110 CV e híbrido enchufable e-HYBRID de 204 CV.

La puesta al día, además, simplifica la oferta en cuanto a niveles de acabado, que pasan a ser solo dos, Style y FR, aunque luego cada uno dispone de paquetes que amplían su dotación.

Seat León

A los mandos

Durante la breve toma de contacto se pudo probar la novedad de la gama, el motor gasolina 1.5 TSI de 130 CV y 200 Nm de par, asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades y que reemplaza al propulsor de 150 CV que se comercializaba hasta ahora.

Se trata de un bloque algo más racional que su predecesor, pero sigue ofreciendo un buen equilibrio entre sensaciones y eficiencia. Es un motor que se nota bastante lleno en cualquier régimen de revoluciones, pero destacan sobre todo los medios, lo que le permite hacer recuperaciones a buen ritmo y hace que no sea muy necesario jugar con las marchas.

Durante parte del recorrido, en el tramo de montaña, durante la subida la tercera marcha demostró ser muy elástica, respondiendo con presteza al pisar el acelerador con decisión sin importar mucho que hubiera caído algo de vueltas

Además, aunque la prueba no fue muy larga, combinó carretera secundaria y autopista, con el ordenador de abordo arrojando un consumo final de 6,3 l/100 km, cifra que se sitúa prácticamente a la par del margen superior que homologa la marca, de entre 5,4 y 6,2 litros cada 100 kilómetros.

Por lo demás, mantiene las virtudes del resto de versiones del León, siendo un compacto muy equilibrado y cómodo, al que es fácil hacerse.

El precio del Seat León FR 130 CV arranca en 28.590 euros, mientras que la carrocería Sportstourer parte de 29.880 euros. Eso sí, también están disponibles con Seat My Renting desde ocho euros al día.

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