Es todo un pionero para Mazda. No solo porque el CX-60 sea el coche de serie más potente fabricado nunca por la marca japonesa, sino porque ya se han reservado 14.000 unidades en Europa antes de que llegue a los concesionarios.
No es de extrañar, tras lo visto en Düsseldorf (Alemania) en la prueba de las versiones definitivas. Y es que las unidades preserie, que pudieron valorarse hace unos meses, presentaban una serie de peculiaridades que ahora se han ajustado y refinado.
También es fundamental un precio ajustado que, además, se puede beneficiar de las ayudas de 5.000 euros del Plan Moves III. A esto hay que sumar la campaña base de 2.600 euros y el descuento de lanzamiento de 450 euros.
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Con todo eso, ahora mismo se podría tener un CX-60 por poco más de 44.000 euros. Y, para rematar esta gran relación precio-producto, Mazda ofrece desde el 1 de septiembre una garantía de seis años o 150.000 kilómetros en todos sus vehículos.
El Mazda CX-60, en marcha
No han sido muchos los kilómetros que se han recorrido con el Mazda CX-60 en los alrededores de Leverkusen (Alemania), pero sí los suficientes para ver que se ha trabajado bastante en evolucionar la dinámica de las unidades preserie.
Lo principal, y que claramente ha mejorado, es la suspensión. Puede que las unidades anteriores estuvieran más dirigidas al mercado norteamericano, donde prefieren unas suspensiones blandas y confortables, seguramente en exceso para el gusto europeo. Al contrario de lo que ocurría en aquellas, ahora los balanceos están bastante contenidos en los virajes, a pesar de que el CX-60 se acerca a las dos toneladas de peso.
Claro que también interviene el Kinematic Posture Control (KPC), un sistema exclusivo de Mazda que administra el aplomo. No deja de ser un control de par, que aplica una ligera fuerza de frenado a la rueda trasera del lado interior de la curva, para reducir el balanceo y mantener la carrocería más cerca del suelo.
Ahora se ha conseguido un equilibrio muy bueno entre comodidad para los ocupantes y un excelente filtrado de las irregularidades. A esto se le añade un confort sonoro muy alto, ya que al habitáculo llegan los sonidos de motor, rodadura o aerodinámicos muy filtrados.
Cambio automático y gran aceleración
La contundencia con la que empuja su motor combinado de 327 CV (191 vienen del motor de gasolina atmosférico de 2,5 litros y 175 del motor eléctrico) hace olvidar que se traslada un coche como este. Para hacerse una idea, el Mazda CX-60 homologa 5,8 segundos en pasar de 0 a 100 km/h.
Alcanzar esta cifra también es responsabilidad de la caja de cambios automática de ocho velocidades. No es de doble embrague ni por convertidor de par. Utiliza un embrague multidisco, pero trabaja de forma muy rápida y suave, por lo que ayuda al placer de conducción general.
El modo Sport (de los cinco disponibles: Normal, Sport, Off-Road, Towing y el eléctrico EV) rentabiliza muy bien toda la potencia del motor e imprime un sonido a medio camino entre un motor de gasolina y uno eléctrico realmente curioso y atractivo.
En cuanto a la frenada regenerativa, la tracción total trabaja de forma coordinada con ella para conseguir la mayor energía posible en las deceleraciones. Y la verdad es que el tacto del pedal de freno también es muy natural, bastante más normal que en otros híbridos de este tipo.
Respecto a la dirección, con 3,2 vueltas de volante de tope a tope, no es la más directa del mercado y su desmultiplicación a veces obliga a manotear mucho en curvas cerradas o callejeando en ciudad. Un mal menor para un equilibrio dinámico muy notable.
Materiales y ajustes de primer nivel
Respecto al interior, la combinación de artesanía y tecnología consigue un habitáculo realmente agradable. El acabado Takumi, el más alto de la gama, no tiene nada que envidiar a los SUV alemanes de primer nivel que tiene en su punto de mira, como el Audi Q5, el BMW X3 o el Mercedes GLC. Incluso les supera en calidad de materiales.
La palabra japonesa ma hace referencia a la belleza de los espacios vacíos. Y Mazda la ha querido representar en un salpicadero limpio, sin aglomeración de mandos, que resulta práctico y, sobre todo, agradable a la vista y a su utilización.
Reconocimiento facial
La postura al volante se ve favorecida por el nuevo sistema de reconocimiento facial. Este detecta la altura de los ojos y, al introducir manualmente la altura del conductor en el sistema, regula automáticamente el asiento, el volante, los retrovisores y el gigante head-up display. Y es que Mazda siempre ha puesto mucho interés en proporcionar una postura de conducción perfecta. De ahí la filosofía Jinba Ittai de la marca, algo así como la unión entre el jinete y su caballo.
Para el pasaje, resulta un coche cómodo, con mucho espacio tanto delante como detrás, sobre todo en altura y anchura. Además, el gran ángulo de apertura de las puertas traseras (casi 90 grados) facilita entrar o salir de estas plazas. Y respecto al maletero, sus 570 litros resultan más que suficientes para el equipaje de todos los ocupantes.
Consumo de gasolina
Por último, en esta breve toma de contacto, el consumo medio fue de 2,4 l/100 km (homologa 1,5 l/100 km), con un gasto eléctrico de 22,7 kWh/100 km, algo por debajo del homologado de 23. Su batería, de 17,8 kW/h de capacidad, se puede cargar en solo dos horas y 20 minutos de 0 al 100% si se hace con corriente alterna a 7,2 kW.
El CX-60, con etiqueta ECO de la DGT, promete una autonomía eléctrica de 63 kilómetros (y de hasta 68 en un entorno urbano). En esta prueba no se ha podido probar el modo exclusivamente eléctrico, pero, si no se superan los 100 km/h, es muy probable que el rango recorrido se acerque mucho al declarado.
Próximos lanzamientos
El CX-60 supone un paso muy importante hacia el objetivo de Mazda de descarbonizar su gama de aquí a 2050. Y en los próximos años, adaptará modernas tecnologías de electrificación. Por ejemplo, el Mazda MX-30 e-SKYACTIV R-EV complementará su funcionamiento totalmente eléctrico con un motor rotativo que se empleará para generar electricidad y ofrecer autonomía ilimitada.
En 2023, además del CX-60 con motor diésel, Mazda tiene previsto lanzar el CX-80, un nuevo modelo de mayor tamaño que dispondrá de tres filas de asientos y siete plazas.
En los próximos tres años, el fabricante japonés introducirá cinco nuevos productos electrificados con su arquitectura multisolución. Después, y a partir de 2025, lanzará un chasis adaptable que le permitirá construir modelos sin emisiones para todos los segmentos empleando una plataforma común.
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