El Mazda RX-8 fue el último coche de Mazda en utilizar un motor rotativo. Diez años después de que este coche cesara su producción, recupera esta mecánica para integrarla de una forma nada convencional en su nuevo Mazda MX-30 e-Skyactiv R-EV un híbrido enchufable con una autonomía eléctrica de 85 kilómetros, 110 en ciudad, con lo que luce la etiqueta cero de la DGT en su parabrisas, con todas las ventajas que esto conlleva.
Y es que este coche, según Mazda, resulta ideal para los que buscan un coche electrificado, ya que han detectado que la media diaria que hacen estos usuarios no supera los 45 kilómetros diarios.
Más información
Peculiar, como poco
Mazda, siempre valiente a la hora de proponer nuevas formas de movilidad, opta de nuevo por un camino muy poco convencional para dar forma a este híbrido enchufable.
Y es que, en lugar de optar por una combinación de motor térmico, motor eléctrico y batería, pudiendo actuar los dos primeros individualmente o de manera conjunta para mover el vehículo, las ruedas motrices (delanteras) del MX-30 R-EV siempre se mueven con energía eléctrica que procede de su motor eléctrico de 125 kW (170 CV) a 9.000 rpm y 260 Nm a 4.481 rpm.
Y aquí viene la principal peculiaridad de este Mazda: la energía necesaria para este motor eléctrico viene de una batería de iones de litio de 17,8 kWh de capacidad que se puede recargar a través de un enchufe, o a través de ese motor de combustión rotativo que hace las veces de generador. Es decir, proporciona energía para recargar la batería, no para mover las ruedas, y así que esta batería dé energía al motor eléctrico.
Este motor rotativo, de 830 centímetros cúbicos, proporciona 75 CV a 4.700 rpm, pero la potencia conjunta es la que proporciona el motor eléctrico, es decir, los mencionados 170 CV.
Con esto, y un peso que casi alcanza los 1.800 kilos, pasa de 0 a 100 km/h en 9,1 segundos y alcanza una velocidad máxima de 140 km/h. Sí, 140. Parece poco y lo es. Pero por lo menos, no supera con mucho los límites de velocidad legales de las vías más rápidas, así que las multas por exceso de velocidad estarán más controladas.
Más diferencias
Este PHEV o híbrido enchufable también es diferente al resto, o a la mayoría, ya que esa batería permite cargas con corriente continua y hasta 36 kW, algo que la mayoría de sus homólogos no dejan. Con esta posibilidad, se puede cargar la batería hasta el 80% en unos 25 minutos.
Pero además, el cargador es bidireccional, es decir, a través de una toma de enchufe convencional ubicada en el lateral del maletero, puede alimentar otros dispositivos, hasta 1.500 vatios.
Interior nada convencional
Hasta el acceso a este coche es diferente. Sobre todo a su parte trasera, debido a la apertura de sus puertas a contramarcha y una vez se hayan abierto las delanteras.
Incluye cinco plazas y un maletero de 350 litros y, aunque no falta espacio detrás, la caída del techo en la zona posterior y las pequeñas ventanillas integradas en los portones traseros reducen la luminosidad y hacen sentirse algo encajonado, al menos a los adultos.
El salpicadero luce una imagen moderna y minimalista, y los acabados del interior transmiten una calidad impecable, como en todo buen producto Mazda. Destacan algunos detalles en la consola central elaborados con corcho (un guiño a los comienzos de Mazda, que hace algo más de 100 años empezó trabajando con derivados de este material), y otros realizados con botellas de plástico recicladas, como los bordes superiores de los paneles interiores.
Sin embargo, y seguramente achacable a estas unidades preserie, la pantalla digital situada justo delante de la palanca de cambios automático y dedicada a la climatización sufría de una falta de luminosidad que dificultaba bastante su visión. En las unidades que lleguen a los concesionarios en noviembre, esto debería estar solucionado.
En marcha
El confort de marcha resulta notable y las suspensiones trabajan bien, tanto en ciudad como en carretera y autopista. Un comportamiento muy agradable al que se suma la dirección que permite sentir con nitidez la carretera y el apoyo de las ruedas sobre el asfalto.
Lástima que este buen hacer quede algo enturbiado por el sonido que emana de ese motor rotativo. Quizá, de nuevo, es achacable a una pequeña falta de puesta a punto o de mejor insonorización de estas unidades, pero cuando entraba en funcionamiento en marcha y cuando la batería bajaba del 40%, su continua rumorosidad llega con claridad al habitáculo y no resultaba agradable con el paso de los kilómetros.
El MX-30 posee tres modos de conducción: Normal, EV (conducción pura eléctrica hasta agotar la batería) y Charge, un modo de cargar la batería con el motor rotativo que genera ese sonido poco reconfortante y poco eficiente.
Porque en marcha lo que hace es mantener la carga más que otra cosa. Si se quiere aumentar, lo suyo y para lo que está mejor preparado, es enchufar el coche.
Pero entre la carga de la batería y los 50 litros de gasolina de su depósito, este Mazda tiene una autonomía de casi 700 kilómetros, lo que no está nada mal y, casi lo más importante, que no hace depender de un enchufe en el camino como si fuera un vehículo 100% eléctrico.
Precio
El precio de este Mazda MX-30 R-EV es exactamente el mismo que el de la versión 100% eléctrica, es decir, 38.050 euros en su acabado básico Prime Line.
Ya se puede encargar y, eso sí, cuenta con una campaña de lanzamiento que permite descontar a ese precio 3.000 euros, más otros 600 a modo de fidelización si ya se tenía un Mazda con anterioridad.
Por supuesto, cuenta con la posibilidad Flexiopción de Mazda o el Mazda Renting, en el que la cuota mensual sería de unos 220 euros al mes.
Y todo esto, no hay que olvidarlo, con seis años de garantía.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram