Al conducir un coche, se pueden dar diversas circunstancias tanto por el recorrido que se haga como por el tipo de conducción que se practique, que requieran de elegir un modo u otro, si el coche dispone de ellos, claro está.
En los coches antiguos, más básicos o menos potentes, esta opción no existe; pero en los más modernos sí que suele estar disponible.
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Cada uno de los modos existentes modifica ciertos parámetros del automóvil para adaptarse a las características de la conducción deseada o a las del terreno por el que se transita. Y es que a los tradicionales Eco, Normal (o Confort) y Sport se les pueden sumar algunos como el ‘Personalizable’ (llamado Individual en la mayoría de los vehículos) o el todoterreno, para vehículos con estas características y que pueden afrontar salidas del asfalto con ciertas garantías, más si se conecta este modo.
Así por ejemplo, el modo Sport configurará ciertos parámetros del coche para poder realizar una conducción dinámica con más facilidad y mayores garantías. Cuando se activa, el coche endurece las suspensiones (si las tiene regulables, claro), aumenta el régimen de vueltas, configura el acelerador más reactivo, etc.
En cambio, el modo Confort o Normal persigue una conducción relajada, así que suele ser el más equilibrado de todos aunando un consumo aquilatado con buenas prestaciones.
¿Qué es el modo ECO?
Desde hace una temporada, con la escalada de precios de los carburantes, los fabricantes de automóviles se han esforzado en investigar e implementar soluciones para reducir el consumo.
Y el modo Eco es uno de los sistemas para gastar menos carburante y emitir menos gases nocivos. Al pulsar el botón que activa este modo, se puede reducir hasta 20% el consumo.
¿Cómo funciona?
Como antes se ha comentado, se activa pulsando un botón, un interruptor o una ruleta, dependiendo del coche. Esto modifica una centralita electrónica que actúa sobre el acelerador para que, al pisarlo, entregue menos potencia y haga que el rendimiento del motor sea menor.
Además, también modifica otros sistemas, como el de la climatización, haciendo que el compresor trabaje lo menos posible y, por lo tanto, no le quite potencia al motor.
Respecto a la caja de cambios, si es automática, modifica la relación de cambio para evitar que el motor suba mucho de revoluciones, mientras que si es manual, suele sugerir el momento ideal de cambio con una indicación luminosa en el cuadro de instrumentos.
¿Cuándo se debe usar el modo ECO?
Hay diversos escenarios en los que es aconsejable activar el modo Eco. El primero sería en ciudad o en conducción urbana, dado que es un entorno en el que no se necesitan grandes aceleraciones ni respuestas inmediatas del motor.
El segundo escenario susceptible de activar este modo sería una carretera sin mucho tráfico y sin demasiadas curvas o desniveles importantes donde se necesite más fuerza.
Eso sí, en cualquier momento y en prácticamente todos los vehículos que tienen esta opción del modo Eco, si se necesita toda la potencia disponible ante una emergencia, este modo se desactiva de forma automática e instantánea.
¿Es perjudicial para el coche utilizar el modo ECO?
Al reducir el consumo, la tentación es obvia: circular todo el tiempo con este modo activado. Pero puede ser un error, ya que esto puede generar una avería en el motor del coche, con más probabilidad si es diésel.
Y es que, al forzar el motor a funcionar a bajas revoluciones, se acumula más carbonilla en la válvula EGR o en el filtro de partículas. A mayores revoluciones, los residuos se expulsan con mayor facilidad.
También puede generar problemas en un vehículo de gasolina, aunque las probabilidades de que esto ocurra son bastante menores a las de un vehículo diésel.
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Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.