Los fabricantes de automóviles han intentado de todo, desde pequeños motores de tres cilindros hasta enormes monstruos de dieciséis cilindros, pasando por algunos de cinco, pero nunca uno de siete cilindros.
Los motores de cuatro cilindros son los más comunes. Los de seis y ocho cilindros han sido populares durante décadas, así que ¿por qué no los de siete?
Más información
El problema matemático
Pues resulta que el humilde número siete no se lleva bien con las leyes de la física, ni con los contables. Un problema que señaló la revista Auto Motor en un artículo reciente es que los muñones del cigüeñal (zonas cilíndricas mecanizadas que sirven de apoyo o asiento en un eje) tendrían que estar dispuestos cada 51,42857 grados, lo que requeriría un mecanizado de una elevada, demasiado elevada, precisión.
Un seis cilindros en línea consigue una separación precisa de 60 grados, mientras que un V8 se sitúa cómodamente a 45 grados. Eso es geometría sencilla; un siete cilindros se vuelve completamente imposible.
Pero otro problema es el equilibrio, o más bien la falta del mismo. Si bien un mayor número de cilindros haría que un motor de siete cilindros funcionara con mayor suavidad que uno de tres o cinco en línea, generaría vibraciones armónicas bastante extrañas y elevadas.
Los motores de seis cilindros en línea y los ocho cilindros en V son muy suaves porque las fuerzas de los pistones se cancelan entre sí de forma natural, pero un motor de siete cilindros no podría hacer lo mismo, como ‘Drive Tribe’ explica en el siguiente video.
¿Pero qué ocurre con los motores extraños que sí funcionan?
Es cierto que algunos motores con número impar de cilindros han tenido mucho éxito. El cinco cilindros (como el del Audi Quattro o el Volvo 850R) encontró un equilibrio perfecto entre suavidad y tamaño. Muchos coches urbanos y subcompactos utilizan motores de tres cilindros que han demostrado ser ágiles y eficientes, a menudo con ejes de equilibrado para evitar vibraciones excesivas.
Pero el siete es un caso aparte: demasiado grande para una simplicidad compacta, demasiado desequilibrado para una suavidad de lujo.
Es posible encontrar motores de siete cilindros en barcos enormes o en vehículos agrícolas donde giran lentamente y no necesitan alcanzar altas revoluciones. A unos cientos de RPM, se puede compensar con la masa y volantes de inercia del tamaño de mesas de centro. ¿Pero en un coche de calle de 7.000 RPM? Imposible.
La otra realidad: ¿para qué molestarse?
En definitiva, un motor de siete cilindros no ofrecería ninguna ventaja significativa sobre uno de seis u ocho, sino que añadiría numerosas desventajas. Así que es muy complicado que un fabricante de automóviles deje de lado el sentido común y la lógica de la ingeniería hasta el punto de construir un motor de siete cilindros.
Además, a medida que las marcas se decantan por los sistemas de propulsión híbridos y totalmente eléctricos, la antigua carrera armamentística del número de cilindros está desapareciendo rápidamente.
Si se busca un motor suave, con buen par y perfectamente equilibrado, un sistema de propulsión eléctrica lo ofrece sin esfuerzo, mientras que los motores de tres, cuatro, seis y ocho cilindros, casi todos con turbocompresor y cada vez más con asistencia híbrida , cubren todas las necesidades de combustión. ¿Necesitas más potencia? No hace falta añadir cilindros; basta con aumentar la presión del turbo.
Para los entusiastas, sin embargo, la idea de un motor de siete cilindros, y su presumiblemente peculiar sonido, sigue siendo fascinante. Pero no esperen verlo pronto o, mejor dicho, nunca.
Si realmente se quiere algo raro y peculiar, está el Mazda RX-7 con motor rotativo, un Lancia V4, o un viejo VW V5 o el problemático W8 de la misma compañía.
Y si se busca una explicación mejor y fácil de entender sobre los problemas de equilibrio que determinan qué diseños de motor son más suaves, incluyendo por qué un seis cilindros en línea es naturalmente superior a un V6, el siguiente vídeo lo explica muy bien.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram
Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.
