A pesar de su larga historia, hasta ahora el Porsche 911 no había contado con un modo de conducción en mojado, opción bastante común en modelos incluso con menos pedigrí. Pero con la llegada de su nueva generación, el deportivo estrena el modo Porsche Wet, un sistema de asistencia que cuenta con una función para detectar si el asfalto está húmedo y, si es así, adapta los ajustes del vehículo para aumentar la estabilidad y evitar el aquaplaning.
El sistema Porsche Wet utiliza sensores acústicos situados en los pasos de rueda delanteros que detectan si se genera espray de agua en la zona, lo que los diferencia de los sensores de lluvia del parabrisas, que solo reaccionan de forma óptica. Si el resultado es positivo los sistemas Porsche Stability Management (PSM) y Porsche Traction Management (PTM) actúan antes y de manera más sensible de lo normal.
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La marca afirma que el conductor nota sensiblemente el efecto del modo Porsche Wet ya que el 911 ofrece “un comportamiento más noble” y responde mejor tanto en cambios de dirección repentinos como en los de superficie con diferente tipo de agarre, y lo mismo ocurre a la hora de entregar potencia de forma inmediata.
August Achleitner, responsable de la gama 911 durante muchos años, explica que “el modo Wet se ha desarrollado para proporcionar ayuda al conductor en condiciones de asfalto mojado. Con él no se restringe la potencia del motor ni se limita la velocidad máxima y, por tanto, no debe utilizarse como un seguro para conducir muy rápido en esas circunstancias. Pero sí puede considerarse como un sistema de ayuda en el sentido más auténtico”.
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