Los delincuentes han encontrado una vía para robar los datos personales y bancarios de los conductores. En varios países de Europa (Alemania, Francia. Reino Unido…) están aprovechando las estaciones de carga para dar forma a esta estafa.
ESET, una compañía de software de ciberseguridad, ha dado la voz de alarma sobre el ‘quishing’. Se trata de una estafa en la que los delincuentes manipulan los códigos QR (pegan uno falso sobre el original) para redirigir al conductor a páginas fraudulentas y robar sus datos personales y bancarios.
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En el centro de la diana están los conductores de coches eléctricos, pero lo cierto es que la amenaza puede afectar al resto. ¿La razón? Los delincuentes eligen los QR que están en los postes de las estaciones de carga, pero también se han dado casos en las zonas de estacionamiento regulado.

‘Quishing’, tan sencillo como peligroso
Al escanear el código QR, el conductor accede sistema de pago del sistema de carga o de aparcamiento. Explican que la predilección de los delincuentes por este método se debe a dos causas: la primera de ellas es la sencillez del método, ya que únicamente hay que poner un adhesivo.
La segunda es que los códigos QR no permiten que el conductor identifique la URL de destino antes de escanearlos. De esta forma, los delincuentes pueden engañarles sin que ellos sospechen que están siendo víctimas de un fraude.
¿Cómo reconocer y evitar el ‘quishing’?
La misma empresa de seguridad ha lanzado una serie de pistas para reconocer el ‘quishing’ y algunos trucos que pueden ayudar a los conductores a no caer en esta trampa.
- Deshabilitar las acciones automáticas al escanear un QR: muchos teléfonos permiten abrir automáticamente un enlace o descargar un archivo. Por seguridad, es mejor desactivar esta opción.
- Inspeccionar el código QR antes de escanearlo: a veces es posible ver si está pegado sobre el original o si hay diferencias en el color, en el tipo de letra empleada, etc.
- La ubicación del código QR: sólo hay que escanear los códigos que estén en el poste de carga o en el parquímetro.
- Verificar la URL: después de escanear el código QR, es posible comprobar la URL. Para ello, basta con copiarla y pegarla en la aplicación de ‘Notas’ para ver si es la oficial o no.
- La web: las páginas fraudulentas suelen contener errores gramaticales u ortográficos.
- Usar métodos de pago alternativos (tarjetas de crédito o débito, dinero en efectivo…), siempre que sea posible.
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