Ya funcionan en Estados Unidos, más concretamente en Nueva York, y no sería de extrañar que en un futuro no demasiado lejano lleguen a otros países. Y más si se piensa en la cada vez más creciente polémica respecto al elevado peso de los vehículos eléctricos y de los problemas que pueden generar, por ejemplo, en las estructuras y soportes de los aparcamientos.
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Contra el deterioro de las carreteras
Pero en Estados Unidos, estos radares se han instalado con la intención de vigilar y sancionar a los grandes camiones de transporte que, con su peso, destrozan literalmente las carreteras.
O, más concretamente, la autopista que va de Brooklyn a Queens. Allí es donde se han instalado una serie de sensores que a través de un sistema automatizado, son capaces de calcular el peso bruto y peso por eje de los vehículos comerciales sin necesidad de que se detengan.
Estos sensores están sincronizados con las cámaras de matrícula y pondrán sanciones a todo vehículo que exceda los límites de carga establecidos. Para todo el que supere el peso máximo homologado de su vehículo la sanción económica será de 650 dólares (595 euros).
Vehículos eléctricos: en el punto de mira
El excesivo peso de estos vehículos debido a las baterías que trasladan, y que en su gran mayoría rebasan las dos toneladas, les ha puesto en el punto de mira desde hace tiempo.
No solo los aparcamientos deben vigilar y en muchos casos reforzar su estructura. El asfalto de las carreteras también va a sufrir mucho más, debido a este aumento de peso de los vehículos que lo pisan a diario.
De hecho, en Francia por ejemplo, ya se ha empezado a cobrar un peaje especial a los dueños de los vehículos más pesados de este tipo que quieran acceder o aparcar en el centro de las grandes ciudades. Y es que el efecto nocivo que causan en las infraestructuras parece cada vez más evidente.
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