Los coches son cada vez más tecnológicos. Ya ofrecen de serie multitud de funcionalidades, pero siempre se pueden ampliar más, algo especialmente útil en automóviles que tienen más años y no disponen de tanta tecnología. Una de las más llamativas es la TV Box para el coche.
Son dispositivos de tamaño más o menos compacto, que se pueden conectar al sistema multimedia del vehículo y cuya función, básicamente, es la de convertirlo en un centro de infoentretenimiento en el que se pueden utilizar todo tipo de aplicaciones.
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Normalmente utilizan un sistema operativo Android, así que soportan las aplicaciones más populares del mercado. Es posible instalar desde videojuegos (a los que se puede jugar si la pantalla del vehículo es táctil) hasta servicios de reproducción como Netflix o Disney+, además televisión en vivo.
Dependiendo del modelo, es posible incluso ampliar sus funcionalidades instalando una tarjeta SIM, así como mejorar su capacidad de almacenamiento con tarjetas micro-SD.
También, si cuentan con GPS integrado, algo que es lo habitual, pueden servir como navegador utilizando Google Maps.
Se trata de una manera de modernizar tecnológicamente un automóvil por un precio bastante asequible, puesto que hay modelos disponibles desde entorno a 50 euros.
¿Es legal un TV Box para el coche?
Dado que este tipo de dispositivos es bastante moderno, no hay ninguna normativa específica que regule su uso. Eso sí, responden a las reglas actuales que hay sobre la utilización de dispositivos móviles o incluso de la propia pantalla del coche: está prohibido tocarlo si el coche está en movimiento o si está parado en un atasco.
Como se refleja en el artículo 76 de la ley de tráfico, esto está identificado como una infracción grave, lo que se pena con una multa de 200 euros y con la retirada de tres puntos del carné.
De esta manera, es legal llevar el TV Box instalado en el coche, pero solo puede utilizarse cuando se está parado.
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