Renault va a comprar coches usados de su marca, realizar las reparaciones estéticas y mecánicas que precisen, aplicar después controles de calidad específicos y, finalmente, revenderlos. Y así, se busca alargar la vida de los vehículos, garantizando su calidad, y reducir el impacto que la producción de automóviles nuevos tiene en el medio ambiente.
El proyecto se denomina Re-Trofit y puede suponer un antes y un después en el mercado del automóvil. Tendrá su sede en la fábrica de Renault en Sevilla y se pondrá en marcha a finales de 2022.
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Rejuvenecer los coches
Los coches reacondicionados, al igual que sucede con los móviles u otros objetos de consumo, tendrán un precio que se situará entre los modelos nuevos y los usados tradicionales, que, salvo excepciones puntuales, nunca tienen su carrocería, mecánica e interior en perfecto estado.
Cuando se alcance el tope de capacidad, previsto para 2025, Renault comunica que se podrán reacondicionar hasta 10.000 unidades al año. Los modelos procederán de particulares y también de flotas de empresas.
Las baterías
De forma paralela, la marca francesa podrá en marcha otra iniciativa, bautizada en este caso como Re-Energy, que busca aportar también una segunda vida a las baterías de los modelos eléctricos.
Estos módulos de energía, cuando hayan perdido rendimiento y ya no sirvan para mover a los coches (75% o menos de la capacidad inicial), siguen siendo todavía válidos para almacenar energía en industrias y empresas, por ejemplo.
Esta segunda iniciativa comenzará su actividad en 2024, y se prevé poder reutilizar hasta 1.000 baterías al año. Además, cuando la pila haya envejecido y ya no sirva tampoco como apoyo, la marca la reciclará al 100%.
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