Se trata de un coche-laboratorio para ensayar las nuevas tecnologías que abren la puerta a la conducción autónoma de Nivel 3. Y, a medio plazo, uno de los principales objetivos del proyecto Diana es reducir a cero los accidentes.
Pensado para desarrollar la movilidad del futuro, el proyecto Diana ha reunido a los ingenieros de Seat con los investigadores del Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG) para probar en situaciones reales las diferentes funciones autónomas en la conducción, anticipándose así a los sistemas avanzados de asistencia a la conducción (ADAS).
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Para conseguirlo se ha creado un vehículo basado en un Seat León y al que se ha equipado con cinco sensores lídar, cinco radares, seis cámaras, 12 emisores de ultrasonidos y ocho computadoras que le otorgan una visión periférica de 360º.
La localización del sistema en el mapa operativo HD consigue una gran precisión, calibrada en centímetros, posibilitando que “el coche sepa en todo momento que circula por el carril adecuado” como aclara Oriol Mas, ingeniero de I+D de Seat. Y para hacerlo, el sistema operativo procesa una ingente cantidad de datos en pocos milisegundos y las envía al módulo de localización.
Las seis categorías de los sistemas de asistencia
Y como apunta el ingeniero de Seat, “Diana reconoce los obstáculos de su entorno y es capaz de decidir hacia dónde tiene que ir para esquivarlos, ejecutando de forma autónoma las acciones necesarias sobre el volante, frenos, acelerador y cambio de marchas.”
En su progreso, el proyecto Diana ya ha conseguido llegar al tercer nivel de la escala en la conducción autónoma, que establece seis categorías diferentes:
- Nivel 0. No hay automatización, el conductor controla todas las funciones del vehículo.
- Nivel 1. El coche lleva algunos dispositivos de ayuda como la dirección asistida o la velocidad autorregulada, pero es el conductor el que decide su usar o no estas tecnologías.
- Nivel 2. El conductor sigue siendo quien controla la conducción, pero el sistema puede regular la dirección y la velocidad, siempre bajo la supervisión del conductor.
- Nivel 3. El sistema controla todos los aspectos dinámicos de la conducción (dirección, velocidad y entorno) de manera independiente, sin que el conductor tenga que intervenir. Aún así, este debe estar preparado para actuar en caso de peligro.
- Nivel 4. El vehículo es capaz de realizar las funciones de manera autónoma en todas las circunstancias, por lo que el conductor puede dedicarse a tareas secundarias sin preocupación de que el coche le retorne el control.
- Nivel 5. Automatización completa: el conductor deja de serlo completamente y actúa como un ocupante más en el vehículo, mientras el sistema lo reemplaza en todas las situaciones y circunstancias.
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