Hablar de seguridad en el mundo del automóvil es hacer referencia, hoy en día, a multitud de sistemas que colaboran en intentar evitar o paliar las consecuencias de un impacto o accidente. Y en esta diferencia está la clave.
En todo este conglomerado, la primera distinción que se suele hacer es si esos elementos pertenecen a la seguridad activa o pasiva del vehículo. Distinguir ambos conceptos resulta muy sencillo.
¿Qué es la seguridad activa?
El objetivo principal de la seguridad activa es prevenir el accidente. Está compuesta de todos aquellos elementos que sirven para controlar y mantener el coche con el objetivo de evitar un impacto o una salida de vía.
Entre ellos se incluyen los sistemas que atañen a los frenos, la dirección, la suspensión, los neumáticos, la iluminación, los controles de estabilidad y otros sistemas denominados de ayuda al conductor.
Importancia de los frenos
Los frenos son los que más importancia tienen, ya que se trata del conjunto de elementos que permite reducir la velocidad o detenerse por completo.
Han experimentado una clara evolución al pasar de los frenos de tambor, con zapatas, a los de disco con pastillas.
Además, los sistemas ABS, que impiden el bloqueo de las ruedas aunque se frene con baja adherencia, también han supuesto un gran avance y han recortado enormemente las distancias de detención.
El control de estabilidad, patentado por Mercedes hace más de 25 años, también ha contribuido a evitar muchos accidentes.
Es un sistema complejo que cuenta con varios sensores y que, básicamente, ayuda a mantener la trayectoria al más mínimo indicio de deslizamiento o derrape, cortando la inyección del motor o incluso activando el freno de alguna rueda en cuestión.
Más información
Ni que decir tiene que llevar unos neumáticos en buen estado y con la presión adecuada, es fundamental y uno de los principales elementos de una buena seguridad activa.
Entre los denominados sistemas de ayuda al conductor están también, entre otros, el asistente de mantenimiento de carril, la frenada automática de emergencia o el detector de fatiga.
Seguridad pasiva
Todos los elementos que componen la seguridad pasiva de un automóvil tienen como objetivo reducir las posibles consecuencias en los pasajeros y el vehículo en caso de accidente, si todos los elementos anteriores no han sido capaces de evitarlo.
Y entre ellos, el más famoso y de los primeros en aparecer en la automoción, está el cinturón de seguridad. Tras el cinturón, el avance más importante lo protagonizan los airbags.
Las bolsas de aire se inflan en milésimas de segundo en caso de accidente frontal o lateral, y evitan que diferentes partes del cuerpo puedan impactar contra el habitáculo.
Otros elementos
También los reposacabezas, los cristales que no se rompen en mil pedazos, pedales y columna de dirección deformables o sistemas de retención infantil son otros elementos que pertenecen a la denominada seguridad pasiva.
Más recientes son los diferentes sistemas de protección a los peatones o los sistemas automáticos de llamada a emergencias en caso de accidente.
Denominada e-Call, envía la ubicación exacta del vehículo para agilizar la llegada de las asistencias al lugar requerido.
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